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Un ojo redondeado o cargado de negro da una apariencia de vulgaridad.

Tendrás un aspecto distinguido si te aplicas los colores en sentido horizontal, en dirección al exterior del ojo.

No te pintes nunca todo el contorno del ojo, pues esto lo redondea.

Nunca te pintes el interior del ojo, si no quieres que parezca más estrecho.

No caigas tampoco en la trampa de emplear el mismo tono para párpados y ojos. La mancha de color del ojo es excesiva y llega a ser molesta. Juega con colores complementarios.

Sé discreta, utiliza, por ejemplo, tonalidades del beige.

Si ya no tienes 20 años y el párpado un poco arrugado (el ojo parpadea 2.000 veces por día, no lo olvides), tendrás que ser muy delicada al aplicar la sombra de párpados.

Olvídate del lápiz negro carbón y de las pestañas sobrecargadas, sobre todo la inferior.

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