– Pon agua a hervir, retírala del fuego y échale un puñado de hierbas frescas.
Ten presente que la manzanilla tonifica la piel fatigada y el tomillo purifica la piel con tendencia al exceso de grasa. Si tienes la piel grasa, elige lavanda o salvia; si la tienes seca, prefiere la tila, rosa o manzanilla.
Pon la cara sobre el cazo para recibir los vapores y cúbrete la cabeza con una toalla.
Transcurridos 10 minutos la piel estará a punto para una limpieza.
No operes con las manos desnudas, sino a través de una servilleta de papel.
Si un barrillo se te resiste, trátalo con delicadeza.
No olvides de aplicar luego un algodón impregnado en alcohol de 90º a la zona tratada.