– No trates de correr desde el primer día; empieza por una marcha rápida.
Así podrás concentrarte mejor en la respiración.
Luego alterna la carrera moderada con la marcha rápida.
Debes ser capaz de hablar distintamente, y si estás demasiado agotada para hacerlo, no dudes en ralentizar tu marcha.
– Al principio prográmate sesiones de entrenamiento cortas (de 10 minutos, por ejemplo), y aumenta su duración de 5 en 5 minutos a medida que te sientas preparada y con fuerzas para ello.
A fin de obtener un beneficio real, tanto cardíaco como muscular, la duración ideal de una sesión es de 40/50 minuto, corriendo sin parar.