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– Aunque su composición básica es siempre la misma, existen distintos tipos de jabón, cada uno de los cuales corresponde a un uso específico. Es cuestión de elegir el que mejor se adapte a tu tipo de piel.

Jabón clásico de uso familiar.

A su composición básica suele añadírsele un perfume. Este tipo de jabón no suele ser apropiado para pieles sensibles o reactivas, ya que puede ser causa de irritaciones.

Jabón especial para pieles secas.

Enriquecidos con cuerpos grasos de origen natural (aceite de almendras dulces, de palma, etc.) o de reconstituyentes de la película que protege la piel, estos jabones obran suavemente sobre las pieles secas, evitando la sensación de acartonamiento. Son adecuados tanto para la cara como para el cuerpo.

Fórmulas sin jabón para pieles delicadas.

En realidad se trata de leches solidificadas que se emulsionan al contacto con el agua. Tienen la propiedad de neutralizar la cal del agua, preservan la capa protectora de la epidermis y, al poseer un pH próximo al de la piel, son muy adecuados para las pieles irritadas. Son especialmente recomendables para el lavado del bebé.

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