– Tanto si te gusta tomarlo frío como si te gusta caliente, un baño debería alcanzar la temperatura ideal de forma progresiva.
Métete en la bañera con agua tibia y ve añadiendo lentamente agua fría o caliente según lo prefieras.
Y, a la hora de salir, termina por la temperatura contraria a la sensación que desees al salir: agua fría si quieres una sensación de calor, agua caliente si la deseas de frescor.