UA

– Si las arrugas no respetan tu cuello, prepárate la receta siguiente: calienta un poco de aceite (puede ser de germen de trigo, de almendra, de aguacate, de girasol, de oliva o de bardana).

Mézclalo entonces con dos o tres cucharadas soperas de miel caliente.

Por medio de un pincel aplícate al cuello esta pomada y cúbrelo con un paño de algodón ligero, humedecido.

Envuélvete el cuello con una segunda toalla o con un chal y trata de que se mantenga caliente el máximo tiempo posible; lo ideal sería un par de horas.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA