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– Se ha dicho que las instalaciones de conducción de agua de los edificios antiguos, que solían ser de plomo, corrían el peligro de provocar saturnismo, una enfermedad neurológica grave que aparece tras varios años de consumir agua con un elevado contenido en plomo. Afortunadamente, esta afirmación requiere matizaciones, y, si no se aprecian depósitos materiales evidentes, basta con tomar algunas precauciones para descartar cualquier peligro:

– Si el grifo ha permanecido cerrado varias horas, como sucede por la noche, dejar correr el agua unos minutos antes de beberla.

– Aprovechar cualquier avería para reemplazar tramos largos de cañería, en vez de limitarse a reparar la fuga.

– En este caso conviene, siguiendo el sentido de circulación del agua, respetar un orden en la soldadura de los metales, que sería el de: plomo, acero galvanizado, cobre y luego el grifo.

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