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– Las piedras porosas que suelen rodear algunas chimeneas pueden limpiarse de manchas de humo frotando con goma de borrar.

– Si tiras sal de vez en cuando sobre la leña en combustión, reducirás el hollín de la chimenea.

El hollín de las estufas y chimeneas se quita quemando un puñado de mondas de patata a puerta cerrada.

Para que el fuego de la chimenea arranque con mayor vigor, echa un puñado de sal gorda a las primeras llamas.

– Limpia las baldosas de la chimenea frotándolas con un puñado de ceniza puesto sobre una esponja húmeda.

– Si al encender la chimenea se te llena la casa de humo, puede que esté mal resuelta. Comprueba si el hogar es demasiado grande para el tiro que tiene. Para ello empieza por cubrir toda la superficie del hogar con ladrillos refractarios, puestos uno simplemente al lado del otro. Enciende fuego. Si la humareda persistiera, añade una segunda fila de ladrillos y así hasta acabar con el problema

– Para encender el fuego, forma con tres o cuatro troncos una especie de “tienda de indios”, es decir, dale un forma cónica, introduce bajo los troncos papel arrugado, sin apretarlo, y unas astillas y aplica la cerilla…

– No tires los restos de velas. Funde la cera y, cuando esté líquida, disemina en ella trozos de cartón. Déjala enfriar y cuando haya cuajado, córtala en pedazos del tamaño de una caja de cerillas. Con ellos podrás encender fácilmente la chimenea.

– Si quieres que la chimenea te caliente y te perfume a la vez la habitación, aparte de la leña, echa unas ramas de tomillo, lavanda, piel de naranja y piñas. Ten la precaución de poner una protección para que las chispas no puedan saltar.

– Echa las pieles de limón y naranja a la chimenea encendida y perfumarás económicamente tu casa.

– Espera a que los morillos y las placas estén fríos para limpiarlos. Con las manos protegidas con guantes, frota los utensilios con un paño empapado en petróleo, y, cuando la capa negra haya desaparecido por completo, úntalos con un poco de aceite de oliva.

– Cuando limpies, deja siempre un poco de ceniza en la chimenea, ya que facilitan que el fuego prenda. Te será útil la próxima vez que la enciendas.

– Para comprobar si la chimenea tira bien, quema unos papeles de diario a la entrada de la chimenea. El humo debe ser rápidamente aspirado por el tiro.

– Si la chimenea fuera de mármol, no olvides que este material noble tiene una gran capacidad absorbente y que las manchas lo impregnarán rápidamente. Esto exige no demorar la intervención.

– Las placas de mármol de la chimenea se conservarán perfectamente si les aplicas un paño apenas humedecido en aceite y de vez en cuando las friegas con una pastilla de jabón húmeda, luego pasas la esponja, aclaras y secas.

– Para avivar las brasas de la chimenea puede serte útil la bomba de inflar el colchón playero

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