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– Sumerge la base de las ramas de abeto con que adornes la casa en agua tibia. Luego sella la base de la rama con un poco de laca para retener la humedad.

Si quieres que el árbol navideño dure más y en mejores condiciones, ponlo en una maceta con arena húmeda. Riégalo para mantener la humedad.

Una originalidad en el árbol de Navidad: compra unos cuantos racimos de uva, vaporízalos con pintura oro o plata, y cuélgalos del abeto.

– Adorna el árbol de Navidad con piñas barnizadas o pintadas.

– Para que el árbol de Navidad luzca en todo su esplendor el día señalado, lo mejor es mantener, durante un par o tres de días, su tronco sumergido en una solución compuesta por dos cucharadas soperas de glicerina por litro de agua.

– Si por Navidad se compró una simple rama de abeto, luego no debe tirarse. Hay que dejar que sus agujas se sequen y se caigan y guardarlo en algún lugar donde no moleste. Al año siguiente se lo pinta de blanco, utilizando para ello el pincel o, más rápido, una lata de pintura en spray. Verás el efecto que produce cuando lo decores con las clásicas guirnaldas plateadas y le cuelgues cantidad de bolas de colores.

– Si proyectas poner velas auténticas en el árbol de Navidad, cuando las enciendas, no lo hagas al buen tuntún. Empieza siempre por la copa y ve bajando; y cuando lo apagues, sigue exactamente el orden inverso, es decir, empieza por la parte inferior y sube hacia la copa. De esta manera no sólo evitarás dolorosas quemaduras, sino que las mangas de la ropa pudieren entrar peligrosamente en contacto con alguna llama.

El árbol navideño puede quedar muy original si empleas para adornarlo las lágrimas de cristal de una antigua lámpara, Sólo tendrás que enfilarlas en un alambre de diámetro adecuado y colgarlas del árbol.

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