Las plumas del pollo.
Para poder quitar las plumillas que aún quedan al pollo, reboza tus dedos con sal. Podrás arrancarlas sin que te resbalen los dedos.
Descongelado ultrarrápido.
Si quieres descongelar el frigorífico y todavía tienes muchos alimentos dentro, saca éstos, mete dentro del congelador un cacharro con agua bien caliente y cierra la puerta. En diez minutos, descongelado.
El pan tostado se rompe.
Nada exaspera más que un “biscote” que se rompe en mil pedazos al “untar” la mantequilla. Si superpones tres trozos de pan tostado, no se te romperá. Garantizado.
Asados dorados.
Para conseguir ese dorado de las fotos de los libros de cocina, tan solo hay que rociar con zumo de limón antes de introducirlos en el horno. Las propiedades del limón son sorprendentes.
Cebolla “llorona”.
Para evitar la lágrima al pelar las cebollas, sólo tendrás que pelarlas debajo de un grifo con agua fría, o mojar frecuentemente la hoja del cuchillo.
La mejor solución para no llorar al partir cebollas es ponerlas en el congelador 10 minutos antes de partirlas. No notarás nada.
Los cubitos de hielo se pegan.
Para evitar que los cubitos de hielo se peguen entre sí en la cubitera, después de haberlos sacado del molde, riégalos de inmediato con agua CON GAS. También sirve cualquier bebida transparente que contenga gas, como agua de seltz, tónica o gaseosa.
Ave Crujiente.
¿Sabía usted que las aves adquieren una rica costra crujiente rociándolas con cerveza?. Cuando ya está casi asada, rocíela con medio vaso de cerveza y vuelva a meterla al horno hasta que esté crujiente.
Vino Helado.
Los restos de vino en su casa se pueden verter en moldes para cubitos de hielo y congelar. Así se tienen siempre a mano para aderezar salsas y consomés. Esta es una buena forma de aprovecharlo.
Legumbres Exquisitas.
Las lentejas mejoran su textura si una vez cocidas se pasan la mitad por cedazo, se mezclan con el resto y se cubren con queso rallado.
Para que no se resequen los alimentos en el horno como carnes, pescado, pollo o pavo, mantén siempre un tiesto con agua en la bandeja de abajo de donde cocinas los alimentos,esto les dará la humedad que necesitan para no resecarse.
Si desea un asado jugoso, no ponga la sal hasta que la carne esté casi lista en el horno o la parrilla. Deje la sal a la vista para que no se olvide este detalle.
Aceite de mejor sabor.
Para evitar el olor y sabor demasiado fuerte del aceite, ponga una gran miga de pan empapada de vinagre cuando esté caliente.
Cuando el pan esté muy dorado, retire de la sartén.
Patatas fritas
Para conseguir unas patatas fritas crujientes, debemos lavarlas bien, pelarlas, cortarlas “en juliana”, y luego freírlas en aceite bien caliente.
A medio cocinar, retirarlas de la sartén para que enfríen, y una vez frías se introducen en una bolsa de plástico al congelador. Cuando se deseen consumir, se sacan, se descongelan un poco y se fríen durante unos instantes. Si antes se espolvorean con un poquito de harina, además tendrán un agradable color. Para obtener un sabor “nuevo”, pruebe a rociar las patatas con el zumo de un limón. Este sabor encanta a los niños. ¡Pruébelo en su próximo cumpleaños!.
Pan de ayer.
Para poder utilizar el pan de ayer y economizar, salpícalo bien con agua y, después, introdúcelo en el horno caliente durante unos minutos.
Guisos salados.
Para quitar lo salado a sopas o guisos, se agrega una papa o patata grande cortada a la mitad. Se deja cociendo por 15 minutos, entonces se retira la papa que ya ha absorbido la sal.
Sobre los huevos.
Para comprobar la frescura del huevo, sumérjalo en agua fría. Si es fresco se irá al fondo; si no lo es quedará en medio o flotando en la superficie.
Mostaza seca.
Si la mostaza se seca puede agregar vinagre, vino o aceite.