Esclerosis lateral amiotrófica. Enfermedad caracterizada por la degeneración de las células nerviosas que controlan el movimiento muscular voluntario -motoneuronas-, ocasionando una atrofia muscular progresiva.

Localización anatómica: Las motoneuronas se hallan en el cerebro y médula espinal, si bien los efectos de la enfermedad se manifiestan en la atrofia de los músculos del movimiento, el habla, la respiración y la deglución.

Síntomas: Sensación de cansancio, problemas para caminar, tropezones, dificultad al hablar, falta de coordinación y pérdida de peso. A veces, el individuo experimenta espasmos, calambres y sacudidas.

Pronóstico (gravedad): Irreversible.

Causas: Se desconocen los motivos del proceso degenerativo de las células, aunque los expertos señalan que el exceso de glutamato, una sustancia química que utilizan las células nerviosas para la transmisión de señales, puede ser una de las causas principales.

Factores de predisposición: Genéticos, aunque no está totalmente clara su vinculación, en algunos casos puede influir el cuadro familiar.

Posibles complicaciones: Corresponden al proceso imparable de la enfermedad, originando en el individuo la incapacidad de desenvolverse por sí mismo al perder la movilidad, problemas para alimentarse o pérdida del habla. Las complicaciones respiratorias llevan a un desenlace fatal a los cinco años del diagnóstico, aunque cada

vez hay más personas que conviven con la enfermedad durante muchos más.

Tratamiento: No existe un tratamiento curativo eficaz y las recomendaciones van dirigidas a frenar o ralentizar la degeneración. Fisioterapia y ejercicios específicos para mantener la movilidad el mayor tiempo posible, así como la asistencia de un logopeda para conservar el habla. En cuanto a los fármacos que se administran destaca el riluzole, inhibidor de glutamato. La minociclina ayuda a controlar la muerte masiva de células.

Prevención: Es importante tratarla desde los primeros síntomas para controlar el proceso y alargar la vida del individuo.