Reacción
del sistema inmunitario que se produce de forma inmediata tras la
exposición o contacto con un agente externo y que origina daños en los
tejidos y las células, provocando distintos trastornos.

Localización anatómica: Las reacciones de
hipersensibilidad pueden afectar a una o más partes del cuerpo (piel,
sistema respiratorio y aparato digestivo), siendo la dermatitis, la
rinitis y el asma los síntomas más habituales en todas las patologías.

Síntomas: Aparición de eccemas y
erupciones cutáneas, conjuntivitis, secreción de mocos, estornudos, y
asma extrínseca, entre otras reacciones, cada vez que el individuo entra
en contacto con el antígeno (la sustancia que estimula la formación de
anticuerpos en el cuerpo) causante de la alergia.

Pronóstico (gravedad): Las más frecuentes
no revisten alto riesgo, aunque dependiendo del tipo y del nivel de
reacción, la gravedad en caso de contacto será mayor o menor, si bien
todas son controlables.

Causas: Las enfermedades alérgicas son
consecuencia de reacciones del sistema inmunitario perjudiciales para el
individuo. Sólo una historia clínica exhaustiva del paciente
establecerá las causas de la alergia. Mediante pruebas de sensibilidad
se determinará el nivel de reacción frente a distintos alergenos, y se
identificará el antígeno causante de la alergia.

Factores de predisposición: La infancia es
la etapa en la que el individuo es especialmente propenso a padecer
alergias, si bien las más leves remiten con los años. Aquellos que
tengan casos en su familia están genéticamente predispuestos.

Posibles complicaciones: Si los trastornos
no se controlan ni se siguen, pueden evolucionar siendo más graves y
peligrosos con el paso del tiempo. Algunas reacciones alérgicas pueden
provocar la muerte del paciente.

Tratamiento: Aunque es individual, se basa
en evitar los alergenos, usar distintos medicamentos (antihistamínicos,
corticoides y expectorantes) y suministrar dosis crecientes del
antígeno en inyecciones subcutáneas (inmunoterapia), para modificar la
reacción dañina.

Prevención: Evitar el contacto con el elemento causante.