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Tal vez no nos demos cuenta de la importancia de los ojos en nuestra vida cotidiana o tal vez sí, pero nos despreocupamos y eso, tarde o temprano, nos pasará factura.

 

Actividades como la lectura, trabajar con el ordenador, ver la televisión o practicar determinados deportes como la natación o el esquí pueden, y de hecho afectan a nuestra visión. Por eso debemos cuidarla.

Son muchas las malas costumbres que tenemos y que dañan nuestros ojos. ¿A quién no le ha dicho alguna vez su madre que no se frote los ojos con las manos sucias o que no nos acerquemos tanto a la tele para verla?.

No debemos infravalorar sus consejos porque tienen toda la razón.

¿Y a quién no le ha pasado que con el cambio de estación se le cae más el pelo, le duelen las articulaciones o el estado de ánimo sufre ciertos “cambios”?. Es normal. Los cambios climatológicos influyen en la salud de las personas y los ojos no se quedan al margen: irritaciones, sequedad, incluso quemaduras solares son las molestias típicas durante los meses de verano e invierno. Pero lo mejor es saber cómo protegernos frente a las inclemencias del tiempo.

Maquillaje de ojos y labios
En verano, la luminosidad es mayor y las gafas de sol se convierten en compañeras inseparables de nuestros ojos durante estos meses. Eso está bien siempre y cuando los cristales sean adecuados y no se traten de esos de plástico que nos venden en los puestecillos de la playa y que no valen más que para destrozar nuestros ojos y no protegerlos de las radiaciones del sol.

Por desgracia, las salas de urgencia tienen numerosas visitas de gente que se ve aquejada de quemaduras en la vista y de las llamadas “moscas volantes”. Me resultó curioso saber que se le llama así a las “chiribitas” que vemos cuando miramos al sol directamente y luego retiramos la vista.

En esta etapa estival se practican numerosos deportes al aire libre que pueden resecar la vista: bicicleta, patinaje, footing… y el rey: la natación. Para la práctica de este deporte, debemos equiparnos con unas buenas gafas que protejan nuestra vista de la acción del cloro y de las posibles infecciones que se pueden “pillar” en la piscina.

En invierno se practican otros deportes, como el esquí, que también exigen una protección para los ojos. No nos duela gastarnos el dinero en unas buenas gafas protectoras para la nieve: evitarán las quemaduras en la córnea que provocan los rayos del sol reflejados en la nieve.

Estas son pequeñas recomendaciones que aplicar en determinados momentos del año, pero hay otras que se deben seguir siempre como son mantener una correcta alimentación rica en vitaminas, como la A,C y E, y visitar al oftalmólogo una vez al año por lo menos.

¿Trabajas con el ordenador todo el día?. Pues ándate con ojo y sigue estos consejos. Buen asiento, la pantalla a una distancia de al menos un metro y un buen protector de pantalla. Además, cada cierto tiempo conviene alejar la vista del ordenador, mirar a lo lejos. De esta manera, pasar tantas horas delante de un ordenador no nos dañará tanto la vista.

Pero si no trabajamos con él pero sí que tenemos que leer bastante o, simplemente nos gusta hacerlo, debemos saber que debemos evitar las luces fluorescentes y parpadeantes, leer en movimiento.

Ahora que ya sabemos unas cosillas más sobre cómo cuidar nuestra visión, veremos algunos consejos estéticos para que nuestras “ventanas” luzcan hermosas y llenas de vida.
¿Qué nos hemos levantado con unas ojeras que nos llegan hasta la nariz o con unas bolsas que parecen soportar todo el peso de la galaxia?. Pues tranquilas, o tranquilos (que aquí los hombres no se libran), las compresas de agua y sal resultan un eficaz remedio contra las bolsas y los antiojeras hacen milagros.

¿Y qué podemos hacer si vamos a salir esta noche y tenemos los ojos cansados de tanto ordenador?. Ya está: una infusión de perejil fresco y nuestros ojitos tendrán un aspecto inigualable. También funcionan las infusiones de té y las rodajas de pepino. Bueno, ni que decir queda que estas infusiones no se beben, se ponen en compresas y se colocan sobre los ojos unos minutos, hasta que surjan efecto.

Otro truquillo es echarnos cada noche un poquito de vaselina bajo los párpados para atenuar las líneas que aparecen con el paso de los años. ¡Ah!. Y no olvidemos desmaquillarnos cada noche. De acuerdo, llegamos cansadas y con ganas de coger la cama, pero hacer esto cada día hará que nuestra mirada luzca radiante al despertar. Y, por supuesto, dormir las horas necesarias para descansar. Si no lo hacéis vuestros ojos os delatarán.

 

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