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Pintar con el lenguaje del espíritu, para captar la belleza de la imperfección [30-07-2020]

 

La radio sonaba de fondo, música comercial con alguna interrupción publicitaria y, de vez en cuando, alguna curiosidad sobre algún variopinto tema. Aplicado en los ejercicios, mi atención fue captada por la entrevista a un artista japonés. No puedo recordar el nombre, pero sí recuerdo el arte que practicaba, el “sumi-e”. Luego he indagado un poco sobre este arte y me ha parecido muy interesante, aparte de por su belleza, por su concepto mental y espiritual.

 

Se trata de un tipo de pintura tradicional en el que se emplea un solo color, el negro, obtenido a partir de hollín mezclado con agua, en diversas disoluciones para obtener la infinidad de grises. La preparación de la tinta requiere de un proceso largo,

paciente, durante el cual, el artista prepara su mente, aquietándola. En ese proceso de preparación, por medio de la meditación y la concentración, se ha de integrar cuerpo y mente con la obra a plasmar, pues una vez que se inicien los trazos deben ser seguros, carentes de vacilación, con economía de movimientos, para por medio de la espontaneidad lograr la esencia del tema generando espacios vacíos, que son tan importantes o más que los pintados. Pues todo el conjunto, incluyendo los espacios vacíos, son muy importantes para captar la esencia más que la apariencia, son imprescindibles para pintar con el lenguaje del espíritu, para captar la belleza de la imperfección.

 

Parece que no hay sumi-e sin paciencia, sin autoconocimiento, sin autodisciplina, sin concentración, pues solo con estas herramientas se puede lograr el equilibrio, la armonía y el ritmo necesarios para plasmar la composición.

 

Muchas veces hemos escuchado que, en la vida, no todo es blanco o negro, sino que está compuesta por una inmensa paleta de grises. He aquí la relación que me pareció interesante de este arte con nuestro tránsito vital. Casi siempre tan acelerados, temerosos, preocupados y llenos de incertidumbre, que no captamos la esencia de nada, que no disfrutamos de la “belleza de la imperfección”, de la belleza de nuestras imperfecciones. Tal vez un poco de sumi-e en nuestro modo de entender la vida no estaría mal, aquietarnos, conocernos, pintar con trazos espontáneos y armónicos nuestro deambular por este mundo, valorando todo en su justa medida, lo positivo y lo negativo, lo complejo y lo sencillo, la plenitud y el vacío.

 

Buen día a tod@s!!!

 

Os quiero Bandid@s!!!

“El objetivo del arte es representar no la apariencia externa de las cosas, sino su significado interior.” Aristóteles

Bueno, os dejo con un pianista japonés, Riu Fukui, considerado uno de los mejores en el mundo del jazz nipón, con el tema “Sonora”, elegante y evocadora destreza digna del más puro espíritu oriental…

el-pinche-feliz

Aquí a diario Mis Gastrotapasdesde la “Oronja Home”
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