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Molesto…Un rato largo

 

El herpes es un virus del que aún se conoce muy poco, a pesar de tener una incidencia muy alta entre la población: más del 80% lo ha padecido alguna vez. Su principal y más negativa característica es que, una vez padecido, es capaz de reactivarse ante determinadas circunstancias.

El herpes es una enfermedad muy molesta además de sumamente contagiosa. De hecho la mayoría de los adultos estamos infectados sin saberlo.

 

La principal característica de este virus es que permanece en el organismo de forma latente sin manifestarse y, por ello, es capaz de reactivarse más de una vez. Los factores que favorecen la reaparición pueden ser diversos; enfermar con otro tipo de infección, tener fiebre elevada, los cambios bruscos de temperatura, el frío o el exceso de sol.

Aunque se conocen ocho tipos de virus diferentes los más comunes y conocidos son el herpes labial, el genital, el que produce la varicela y el herpes zóster.

herpes

Herpes labial

Su nombre científico es VHH-1 – Simplex 1 y produce las conocidas calenturas labiales. Se puede manifestar tanto dentro como fuera de la boca en forma de lesiones más o menos agresivas. El contagio se produce al entrar en contacto directo con la herida, sobre todo cuándo está abierta. Aunque no se haya manifestado en ninguna ocasión es muy fácil estar contagiado.

Si hay que destacar alguna ventaja en este tipo de herpes, es que la mayoría son muy leves y se curan solos. En casos más resistentes se pueden tratar con aciclovir y farmaciclovir. En aquellas personas que tengan su sistema inmune debilitado, bien por otro tipo de enfermedades o bien por estar sometidos tratamientos agresivos, este virus puede llegar a producir complicaciones más graves.

Herpes genital

Denominado como VHH-2 – Simplex 2, este virus se considera dentro de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el contagio se produce al entrar en contacto directo con las vesículas que produce. Cuándo se produce la primera infección, ésta puede no dar síntomas pero, al permanecer en estado de latencia se puede reactivar al de meses, aún no habiendo otro contacto. Su curación es posible y en raros casos es necesario establecer un tratamiento crónico.

La varicela

La varicela es un tipo de herpes con alta incidencia infantil. Se transmite por vía oral y respiratoria. El contagio se puede producir incluso antes de que se manifieste la enfermedad, por lo que es muy difícil escapar de él. Su aparición comienza con síntomas típicos de resfriado, fiebre moderada y catarro pero, a los pocos días, aparecen las lesiones cutáneas en forma de pequeñas vesículas que van aumentando de tamaño hasta que revientan y forman una costra.

Su curación es espontánea, sobre todo en los niños y en adultos sanos. Sin embargo, a las personas de mayor edad o con problemas de inmunodeficiencia puede acarrear complicaciones más graves.

Herpes Zóster

Este tipo de virus suele ser una reactivación del que produce la varicela. Son lesiones de piel que comúnmente aparecen en zonas con trayectos nerviosos por lo que resultan muy dolorosas.

Desaparece después de unos días de tratamiento con aciclovir, farmaciclovir y valacilovir, sin embargo, los dolores pueden continuar algún tiempo más puesto que el nervio suele quedar dañado.

 

PREVENCIÓN

Al ser muy contagiosos y tener permanencia en el organismo es muy difícil escapar al contagio pero, por ejemplo, en el caso del Simplex 1, hay que evitar besar a la persona infectada y en el caso del Simplex 2 es necesario tomar medidas preventivas, como es el uso de preservativo.

 

Actualmente existe una vacuna que, aunque no protege de forma total contra el herpes, sí consigue que, una vez infectados, los síntomas sean más leves.

 

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