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La revolución del voto en blanco [17-05-2020]

 

Se han ido dos grandes, antagónicos en esencia, coincidentes en presencia, al menos en mi vida, en cierto modo. Mi tío Manolo, o como le conocían en Alcalá de Henares, el padre Palero. Un cura de los de siempre, ortodoxo en la indumentaria, nadie recuerda haberlo visto sin sotana. Ortodoxo en la liturgia y en la Doctrina de la Fe, pero campechano y abierto en las distancias cortas, colaborador incansable en la solidaridad social, pintor, escultor, electromecánico, animador cultural, humanista a su manera. Y Julio Anguita, comunista, alcalde, caballero de la política, profesor, culto, literato, elegante y sincero de planteamientos, locuaz y didáctico de palabra, integro personaje, de los que ya no quedan. Dos almas evolucionadas que ya han trascendido, cada uno a su paraíso, al cielo los dos, seguro.

 

En estos tiempos, no tan distintos a los últimos cinco siglos en cuanto a la confrontación y a el cainismo, en los que en este país estamos tan deficitarios de personajes claros, sinceros, íntegros y transparentes, en los que ver reflejados al menos la verdad, la integridad y la concordia, necesitaremos del recuerdo de personas como las protagonistas de estas palabras. Vaya mi homenaje por ellos, por su recuerdo, por su presencia.

 

El panorama es poco esperanzador, no tenemos políticos de altura, no hay paraguas cuando más jarrea, qué pena. Todo es verborrea fácil o más bien facilona. Todo es desencuentro, todo es confabulación, todo es mentira, falso dogmatismo, enervada reacción, airada respuesta, posturero total, pose de postal, politicuch@s de escaparate. Me da igual la posición en el tablero, la izquierda que la derecha, los de arriba que los de abajo, los del centro que los de los extremos, no hay ficha que se salve en este ajedrez que es la política española, salvo honrosas excepciones en la política más cercana, la de la municipalidad.

 

Todo esto me hace plantearme…y si en las próximas elecciones todos votáramos en blanco, sí ya lo sé, que gilipollez, qué utopía, ya, pero hagamos el esfuerzo imaginativo, repito, y si todos votáramos en blanco, ¿se repetirían eternamente las elecciones hasta obtener algún resultado?, ¿nos investigarían y represaliarían al mas puro estilo “Ensayo sobre la lucidez” de Saramago?.

 

Es curiosa esta novela, en ella Saramago nos presenta una ficticia ciudad donde la mayoría de los electores decide, de manera independiente, votar en blanco. Los gobernantes se enervan, pues al decretar repetir las elecciones el voto en blanco aumenta, generando una especie de inquisitoria investigación, no exenta de represión, autoritarismo e incluso ilegalidad, en búsqueda de los culpables de la presunta revolución del voto en blanco. Es una hermosa y cruda reflexión sobre el poder y sus mecanismos, sobre la actitud de los que mandan ante una revolución pacifica de un pueblo hastiado, desesperanzado, sin atisbo de credibilidad en el supuesto sistema democrático y en las elecciones que supuestamente lo legitiman. En definitiva es una metáfora de un mundo donde de pronto afloran los más siniestros aspectos de la condición humana y donde sobreviven, a la par, los mas nobles, solidarios y elevados…¿no os suena de algo?.

 

La polarización de nuestra sociedad cada día es más evidente, el desencuentro y la tensión de las “dos Españas” ha vuelto. Qué miedo da, que poca memoria tenemos. Necesitamos, más que nunca, un poco de cordura, de mesura, de calma, de unidad a nivel político que se transmita a nivel social. Si se siembran truenos, recogeremos tempestades, y este barco que es España está para pocos temporales.

 

Puede que sea un tanto iluso e inocente. Cuando se inició esta crisis, cuando ya se avecinaba lo peor, pensé que nuestros políticos reaccionarían, aparcando la confrontación barriobajera constante a la que nos tenían acostumbrados, y por una vez, ante la inmensidad de la adversidad que se nos vino encima, trabajarían juntos para capear el temporal con un poco de sentido común. Me equivoqué, como tantas veces, pero no pienso perder la fe en la democracia, a pesar de que todos estos personajillos estén haciendo lo posible para que esto suceda. Además iré a votar en las próximas elecciones, un gran voto en blanco, como una bandera blanca, pidiendo un poco de “Paz”.

 

Buen día a tod@s!!!

 

Os quiero Bandid@s!!!

“La hora de las verdades terminó. Vivimos el momento de la mentira universal. Nunca se mintió tanto. Vivimos una mentira todos los días. Pienso que todos estamos ciegos; ciegos que pueden ver, pero no miran…” José Saramago

Hoy os dejo una onírica y surrealista canción para despertar de la pesadilla, “Sueño con Serpientes” de Silvio Rodríguez. Se me antoja que es una buena metáfora de esta realidad. Todavía hay esperanza en la verdad.

el-pinche-feliz

Aquí a diario Mis Gastrotapasdesde la “Oronja Home”
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