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Plantas Medicinales

 

La fitoterapia sienta cátedra en el reino vegetal a la hora de desentrañar los principios activos y la acción farmacológica que las plantas medicinales ejercen sobre el organismo. Su objetivo es estimular de una forma natural la propia capacidad del cuerpo para curarse

La fitoterapia o empleo de plantas con fines terapéuticos atesora una sabiduría de siglos. Ya en la Prehistoria, los hombres deciden imitan a los animales e ingerir flores y hierbas para aliviar sus dolencias con relativo éxito.

Tras un historial repleto de intoxicaciones y curas, se llega a un conocimiento de las virtudes curativas de las distintas especies vegetales así como de su toxicidad. Cuando nacen las sociedades gregarias, esta sabiduría se convierte en un atributo de poder en manos de hechiceros y sacerdotes, a quienes se les confía la salud del grupo.

fitoterapia

Una cuestión de parecido

En los albores de la fitoterapia, los estudiosos asociaban los presuntos dones curativos de una planta al parecido que ésta mostraba en su forma y aspecto con el órgano del cuerpo a tratar. De esta forma, se atribuía a las nueces la capacidad de estimular la actividad cerebral; la pulmonaria se indicaba contra las afecciones pulmonares en aras de sus hojas manchadas a modo de pulmón enfermo; la raíz de la mandrágora, semejante a una figura humana, se relacionaba con la fecundidad…

Todo este saber popular en torno a las propiedades medicinales de las plantas forma parte de la herencia cultural de los pueblos y da vida a una disciplina propia: la etnobotánica. A partir de sus bases, la ciencia profundiza en las virtudes terapéuticas de las diversas especies del reino vegetal, establece su composición química y clasifica sus distintos principios activos.

Argot fitoterapéutico

En el argot fitoterapéutico se denomina principio activo a toda sustancia capaz de actividad farmacológica. En general, los principios activos forman parte de los metabolitos secundarios de las plantas. Se trata de productos de reserva, sirven para repeler o atraer a los insectos de cara a la polinización…

Se considera planta medicinal al vegetal dotado de principios activos susceptibles de ser aprovechados desde un punto de vista terapéutico. Por su parte, la droga (no en su acepción de narcótico) se define como la parte o partes de la planta que contiene la mayor cantidad de esos principios activos. En ocasiones, una misma planta atesora distintos principios activos, que a su vez cumplen distintas funciones farmacológicas.

En busca de la planta medicinal

El efecto de la droga depende del principio o principios activos que contiene, aunque éstos suelen ir acompañados de otros principios que regulan la acción los primeros. Por tanto, a las formulas químicas de cada uno de ellos hay que sumar la variada proporción que las plantas presentan de unos y otros.

Además, los principios activos no solo están formados por sustancias simples, sino que en ocasiones se trata de complejas mezclas, como es el caso de los aceites esenciales. Una vez identificados y aislados los principios activos, se someten a distintas pruebas y en función de sus resultados, los científicos aceptan sus dotes curativas.

“Ante todo, no hacer daño”
Frente al actual abuso de los fármacos de síntesis y sus consiguientes efectos secundarios, la fitoterapia se inscribe dentro de la llamada medicina alternativa. Basándose en el principio hipocrático Primun non nocere (“Ante todo, no hacer daño”), emplea agentes naturales con el objeto de estimular la fuerza vital del individuo para autocurarse.

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