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Una muerte gloriosa y un lugar en el Valhala [19-05-2020]

 

La revista “Antiquity” acaba de publicar recientemente el estudio que se ha realizado a los hallazgos, hace un año, tras el deshielo de un glaciar en Noruega, que dejó al descubierto un paso de montaña usado durante siglos por este mítico pueblo. Los arqueólogos glaciares alucinaron con el estado de preservación de muchos de los objetos de esta especie de “carretera” de montaña, cuyo estudio enriquece la visión de estos fascinantes pueblos nórdicos.

 

Mi fascinación por los vikingos puede que arranque de la infancia, los primeros encuentros tal vez se produjeran a través de su aparición en alguna de las aventuras del “Capitán Trueno“, un breve cuento en un viejo libro de historias sobre navegantes, donde una de ellas contaba la historia de “Erik el Rojo”, y por supuesto los inicios de los dibujos animados de “Vickie el vikingo“.

 

Con el tiempo he ido sabiendo más de ellos, se han caído algunos mitos y se han descubierto, a través de una nueva mirada, otros valores, más allá de su violenta fiereza, su espíritu guerrero y saqueador. Ya se les ha hecho un poco de justicia al ir abandonando la imagen estereotipada de enormes guerreros de cuerpos musculosos, con cascos de cuernos en la cabeza, blandiendo enormes hachas, sedientos de sangre.

 

Es innegable que eran un pueblo guerrero, como demuestra su propia concepción del mundo y su religión primigenia, que les llevaba a no temer el combate, deseando sobre todas las cosas obtener una muerte gloriosa y un lugar en el Valhala, junto a sus dioses. Su bella oración del guerrero, pura lírica repleta de épica, es un ejemplo de ello.

 

Pero también eran avispados comerciantes, grandes herreros, fabulosos artesanos, orfebres delicados y sobre todo enormes navegantes. Las velas de los vikingos se avistaron desde Inglaterra hasta el norte de África, desde Islandia hasta Groenlandia e incluso el norte de Terranova, parece ya demostrado que establecieron algunos pequeños asentamientos en América, mucho antes de la llegada de Colón al Caribe.

 

También asombra la herencia de estos pueblos en la concepción del papel femenino, muy distinta del resto de la Europa cristiana, una concepción al estilo de la Esparta clásica, donde las mujeres solían administrar los recursos de los hogares y muy a menudo acompañaban a los hombres a la guerra, combatiendo en primera linea con el valor y el arrojo de las valquirias.

 

Otra faceta muy desconocida, en general, es su lado más artístico. Su música, con sus arpas, flautas y rítmicas pero delicadas percusiones. O su rica transmisión oral de historias y mitos a través de los contadores de cuentos, que más tarde se escribieron para dejarnos como legado las sagas nórdicas que tanto han influido en el arte, desde el mito de Los Nibelungos en Wagner hasta las exitosas series televisivas de nuestros días, desde donde han vuelto a conquistar el mundo.

 

Me los imagino navegando hacia el oeste, con los cabellos ondeando al viento, atravesando sin miedo la bruma, bebiendo hidromiel en grandes cuernos celebrando la victoria, acompañados por la danza provocada por los acordes de las arpas, flautas y panderos. Riendo hoy para morir mañana, henchidos de orgullo y valor, sin prejuicios, sin ningún pensamiento preconcebido, ¡totalmente libres!.

 

Puede que necesitemos un poco de espíritu vikingo para sortear las tempestades y tormentas que se avecinen. Tal vez debamos escuchar el mensaje de algunos de sus proverbios, el refranero siempre es sabio, coger un poco de su ironía y humor, de su sencillez en la gestión de los recursos, de su sentido común, de su veneración a la amistad. Dichos como “las migas son también pan”, “la mejor carga que puede llevar un hombre es demasiado sentido común; la peor, demasiada hidromiel” o “un hombre sin amigos es como un abedul desnudo, sin hojas ni corteza, solitario en la colina pelada” son muestras de ese indomable y valeroso espíritu.

 

Buen día a tod@s!!!

 

Os quiero Bandid@s!!!

“Colérica esta noche ruge la tempestad. La blanca cabellera de las aguas revuelve. Ya no son de temer esta noche las velas de los fieros guerreros de Lochlann.” Fragmento manuscrito irlandés de S`Gallo.

Os voy a dejar una renovada y bella versión de una antigua canción de cuna nórdica, “Vargsången” , “el canto del lobo”, de Jonna Jinton, disfrutadla mis viking@s!!!

el-pinche-feliz

Aquí a diario Mis Gastrotapasdesde la “Oronja Home”
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