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Hubo un tiempo en que los lunares eran un preciado atractivo en el rostro femenino.

 

Incluso estuvo de moda pintarse un lunar, supuestamente sexy, junto a la boca. Hasta lo decía la canción: Con ese lunar que tienes… Pero las cosas parecen haber cambiado. Ya nadie se siente absolutamente tranquilo con ellos.

Probablemente, la causa de esta intranquilidad es que la incidencia de los tumores de piel está aumentando dramáticamente en los últimos años. Según declaraciones del doctor López Picazo, especialista del Departamento de Oncología de la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra en la revista Línea de Consulta que publica dicha entidad, “La piel es el lugar del cuerpo donde más frecuentemente aparecen tumores. Su incidencia está aumentando dramáticamente en las últimas décadas”.

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¿Por qué aparecen tumores en la piel?

El cáncer de piel abarca principalmente tres tipos de procesos: el carcinoma basocelular que deriva de las células más basales de la epidermis; el carcinoma espinocelular, constituido por células que forman parte del estrato espinoso (una de las capas) de la epidermis (queratinocitos). Y, por último, el melanoma, que deriva de las células que producen el pigmento de la piel (melanocitos).

De entre todos los tumores de piel que existen, el más importante, dada su gravedad, es el melanoma. Se sabe poco sobre las causas de este tumor aunque, fundamentalmente, se reducen a dos: factores genéticos y el sol. Los primeros son muy difíciles de controlar y en cuanto al segundo, según el doctor López Picazo “existen datos sólidos de que la exposición intensa e intermitente a la luz solar aumenta el riesgo de padecerlo, sobre todo en personas de piel clara y con múltiples lunares”.

Precauciones con los rayos UVA

La mayoría de los cánceres de piel aparecen en personas mayores de 30 años, con una exposición solar importante, quemaduras frecuentes y que presentan una piel clara de difícil pigmentación. Los pacientes que presentan familiares con este tipo de neoplasias pueden tener también un riesgo mayor de padecerlas.

La radiación ultravioleta tiene efectos perjudiciales para la piel. Según el doctor López Picazo, “por una parte, la radiación ultravioleta B provoca cáncer de piel y melanoma. Por otra parte, la radiación ultravioleta A (rayos UVA) aumenta el envejecimiento de la piel y tiene efectos promotores tumorales”. Las lámparas empleadas en los salones de bronceado emiten fundamentalmente radiación ultravioleta A, pero también una pequeña proporción, (entre el 0,025 al 4%) de radiación ultravioleta B. Por eso, al acudir a uno de estos salones es fundamental informarse de las condiciones y características técnicas de los aparatos empleados.

Pecosos, mayor atención

Precisamente, estas personas de pieles blancas, con numerosas pecas que se hacen más visibles en verano por la exposición de la piel al sol, son las que deberían tomar más precauciones para prevenir la aparición de tumores cutáneos. Es imprescindible evitar las quemaduras solares, aplicando cremas con alto grado de protección solar, y evitando la exposición al sol, durante las horas de mayor incidencia, es decir, las del mediodía, en los días del verano.

Lunares: ojo a los cambios

Junto a estas medidas de protección, es muy importante que cada persona conozca bien el aspecto de sus lunares. Si se produce en ellos algún cambio en cuanto a su morfología o tamaño, conviene acudir al especialista. También son síntomas que se deben vigilar el picor o el sangrado. Las personas con muchos lunares deberían acudir periódicamente al dermatólogo, sobre todo si alguno de estos lunares se puede calificar de atípico.

¿Qué son los lunares atípicos?

Los lunares no tienen que ser cancerígenos o tener que llegar a serlo. Sin embargo, existen los llamados lunares atípicos que deben vigilarse con mayor precaución. Para identificar un lunar atípico, el doctor López Picazo propone la regla mnemotécnica ABCD, que resulta de gran utilidad: “son lunares Asimétricos, de Bordes irregulares, de Color no homogéneo y de Diámetro mayor de seis milímetros”. Si se tiene alguno con estas características, conviene consultar al dermatólo

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