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ESCOLIOSIS, andar desviado

 

La escoliosis consiste en una desviación lateral de la columna vertebral debido a la rotación de las vértebras sobre sí mismas. Se puede inclinar hacia uno o varios lados dibujando una o varias eses.

Según estudios de la Sociedad Española de Traumatología (SECOT) es importante vigilar de cerca el correcto desarrollo de la espalda de nuestros hijos, educando desde la primera infancia buenos hábitos en el cuidado de las posturas, los esfuerzos al levantar pesos y otras situaciones que pueden perjudicar a la columna vertebral.

El dolor de espalda es la segunda causa de visita a las consultas médicas después del resfriado y la primera causa de baja por incapacidad laboral a partir de los cuarenta y cinco años. Muchos dolores de espalda tienen su origen en una escoliosis.

escoliosis

Causas más comunes

Alrededor de un 20% de los casos tienen un origen básicamente genético. En la mayoría de las ocasiones se desconoce el origen de la enfermedad, sobre todo cuando se trata de chicas adolescentes.

Los especialistas señalan cuatro agentes como principales causas externas: la realización de trabajos físicos donde se produzcan vibraciones; trabajos en los que se levanten cargas pesadas y en los que se produzca rotación e inclinación de la columna; el tabaquismo, ya que los discos interlumbares no se nutren adecuadamente y se deterioran y, la insatisfacción laboral o el estrés, que provoca ansiedad y por consiguiente contracturas musculares que afectan a la columna.

Existe otro tipo de causas inherentes al sujeto que la padece. Este es el caso de la escoliosis provocada por una cadera torcida o una pierna ligeramente más larga que la otra. Desde las familias, conviene estar atentos a estos posibles problemas puesto que pueden convertirse en desviaciones de columna difíciles de eliminar.

Atención a la pubertad

La edad crítica en la que suele aparecer este problema es entre los 9 y los 12 años. Es difícil de detectar en esta primera fase, ya que de momento no se rebela como dolorosa y además, los niños no suelen quejarse del dolor de espalda. En cambio sí lo es al llegar a la edad adulta, si no han desaparecido las causas que la desencadenaron.

A veces, en la adolescencia, sólo existe una actitud escoliótica que desaparece al eliminar las causas. Una causa típica en estas edades es la carga excesiva que los niños transportan a diario en las mochilas. El mobiliario escolar también es otro factor a vigilar. Al crecer, las mesas y las sillas escolares se les quedan pequeñas y tienen que inclinarse y adoptar posturas forzadas. Una buena postura es aquella en la que el trasero está bien aposentado sobre la silla, la espalda descansa sobre el respaldo en todo momento y los pies no quedan colgando.

Es muy típica entre los escolares –sobre todo las chicas- la postura en la que se introduce una pierna por debajo del trasero, lo que obliga a torcer la espalda.

Medidas a tener en cuenta

Las malas posturas se van acumulando con toda su presión sobre los discos lumbares y al final se resienten. El dolor no suele surgir por un mal movimiento aislado sino por una cadena de malos hábitos. Los traumatólogos de la SECOT recomiendan tomar una serie de medidas en nuestra vida cotidiana que pueden mejorar la salud de nuestra espalda:

1. Elegir un buen colchón: ni demasiado duro ni, sobre todo, demasiado blando. Desterrar por este motivo los de gomaespuma. Se puede decir lo mismo de la almohada: es recomendable su uso siempre que no sea demasiado alta para que mantenga recta la línea de la columna.

2. Al realizar las labores del hogar y atender a los niños conviene tener presente que los esfuerzos deben recaer en la medida de lo posible sobre las piernas. Esto se consigue simplemente flexionando ligeramente las rodillas. La espalda debe permanecer en lo posible derecha. Asimismo, los pesos deberán repartirse por igual entre ambos brazos.

3. Las personas que, por su profesión, permanezcan muchas horas al volante, deben llevar a punto los amortiguadores del coche ya que las vibraciones son malas para la columna. Se debe conducir sin rigidez, con el volante a la distancia adecuada a cada persona. Es conveniente estirar las piernas y desentumecer los músculos por lo menos cada 200 kilómetros.

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