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Si hay un antídoto eficaz contra la depresión y los estados del ánimo negativo, ese es el humor.

Óscar Wilde dijo: “La vida es demasiado importante como para tomársela en serio”.
Qué gran verdad. En la vida, todos, da igual lo guapa que seas, el dinero que haya en tu cuenta corriente o la potra que suelas tener, todos vamos a pasar por eventos más positivos y otros más negativos, por dichas y por adversidades, tendremos éxitos pero también fracasos. Así que si todos, todos, vamos a pasar por momentos malos, la clave está en nuestra ACTITUD frente a esos momentos.
Y el humor desde luego es una cuestión de actitud.

 

Pero cuidado, ya sé, hay momentos muyy malos en la vida, y tomárselos a cachondeo resulta forzado e inverosímil. La pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, un accidente, un despido laboral… Hay momentos en los que hay que pasar por el dolor y… Y el dolor simplemente pasa. No se queda, no dejemos que se quede, no nos torturemos pensando que se va a quedar.

Y sin embargo, frente a esto, ¿no hay otros acontecimientos vitales muchos menos relevantes que los que puse como ejemplo anteriormente, y a los que sin embargo nosotros añadimos una carga dramática innecesaria, injusta, auto-dañina? Y luego pasa el tiempo, recordamos ese momento de la vida en el que lo pasamos tan mal por “nada”, nos avergonzamos, nos decimos “hay que ver lo tonto que fuí” e incluso… nos reímos. Hasta en aquellos casos en los que ese momento nada más que nos provocaba llantos y desesperación.
Por eso, frente al catastrofismo, frente las preocupaciones que desde un punto de vista ajeno pueden ser superficiales pero que una vez que se instalan en nuestra cabeza se convierten en monstruos terroríficos, frente al “sentirme peor cuando me doy cuenta de que me siento mal”: HUMOR, HUMOR Y HUMOR.
Hay personas que tienen adquirida esta habilidad (porque así se considera desde la Psicología Positiva, como una habilidad, recurso personal, fortaleza o virtud) de una forma innata, pero como habilidad que es, se puede entrenar y desarrollar. Así que pongámosle un poco de mucho humor a la vida:
  • En lugar de estar siempre con gente que no para de quejarse, contar problemas y ver el lado negativo de todo, relaciónate con esas personas que son capaces de hacerte sacar una sonrisa.
  • Haz actividades que estén relacionadas con el humor: ver series o películas o asistir a sesiones de teatros o monólogos cómicos. Por supuesto: un taller de risoterapia.
  • Bucea en Internet y encontrarás montones de parodias, fotomontajes, vídeos… que en un breve lapso de tiempo conseguirán arrancarte una sonrisa y hacer que tu estado de ánimo mejore.
  • Si ver el lado positivo de las “cosas malas” es una estrategia eficaz para superar la adversidad, por qué no va a serlo ver la cara cómica del asunto. No es reírse de uno mismo o de sus desgracias, es DESDRAMATIZAR.
  • Tienes a alguien que te hace la vida imposible: un profesor, un jefe, un ex, un cuñado, un vecino, un “enemigo vital”… Caricaturízalo. Es decir, céntrate en sus rasgos negativos: defectos, vicios, fallos… Verás que no tiene tanto poder como el que te imaginabas y que la influencia que tenga sobre ti, en realidad, de nadie más que de ti depende.
  • Y cómo no: intenta arrancar sonrisas. No te creas que no puedes, te aseguro que todos guardamos un payaso dentro (y algunos/as más fuera que dentro). La gente te lo agradecerá, y pocas cosas hay más satisfactorias que provocar de forma simultánea estados de ánimo positivo en ti mismo y en los demás. El ejemplo gráfico de a continuación sólo es una excepción que confirma la regla.
En terapia, cuando los psicólogos queremos fomentar una actitud en un paciente, tiramos mucho de la metáfora, los cuentos, las anécdotas, el símil… Por eso en posts anteriores trabajé el construirnos un mantra cultural, basado en canciones, libros y películas, con el fin de poseer una colección de ejemplos que nos inspirasen motivación, Inteligencia Emocional y Positividad.
Los chistes, al igual que los cuentos o las canciones, también, por qué no, pueden ser recursos de inspiración para la gestión de nuestro bienestar. Así que en el siguiente post contaré algunos chistes y explicaré la lección de vida que guarda cada uno de ellos. Espero que sirva para aprender algo. Pero si no… prometo que será muy divertido. 🙂
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