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El descontento con el propio cuerpo o el de algunas partes del mismo es uno de los males más recientes. No hay que confundirlo con trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia, de tratamiento mucho más complejo.

Vigorexia: Sin llegar a estos casos límite, últimamente se habla de la vigorexia, que afecta a aquellas personas que tratan de desarrollar sus músculos hasta extremos casi imposibles, obsesionándose con el ejercicio.

Se trata de personas inseguras con falta de autoestima y a las que una nariz aguileña o unos kilos de más pueden llegar a ocasionarles un trastorno que derivará en querer mejorar su aspecto físico de la forma que sea.

Culto al cuerpo. ¿una obsesión?

Cómo superarlo. Si existe un problema o defecto físico, se puede recurrir a la cirugía o empezar a cuidarse un poco más. El gimnasio es una buena forma de empezar, siempre con un control exhaustivo por parte de un profesional. Si no hay una base real, conviene acudir a un psicólogo antes de caer en afecciones más serias.

Quererse y cuidarse a uno mismo es la mejor manera de empezar una terapia derivara en terminar por aceptarnos como somos. Lo más positivo es convencerse de que uno está bien como es. Los cánones de belleza son pasajeros y lo que hoy está de moda mañana puede no estarlo.

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