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Para florecer en medio de la tormenta

[09-05-2020]

 

Viendo un documental sobre Isaac Asimov, sobre sus aportaciones científicas de divulgación y las literarias, sobre todo por la saga Fundación, que leí hace tiempo, me ha hecho recordar al personaje de Hari Seldon, creador de la psicohistoria, una ciencia que en sus libros ayuda al ser humano a conocer el futuro analizando el pasado, donde en la ciencia ficción, se predecía el ocaso del Imperio Galáctico. A su vez, me he acordado de que en realidad hace tiempo que un científico real, Peter Turchin, nos presento la cliodinámica, nuestra psicohistoria real, por así decirlo. Se trata de una ciencia alternativa que pretende explicar la Historia a través de razonamientos matemáticos y con ellos ser capaz de predecir hechos futuros relevantes. Turchin saltó a la palestra con la carta (https://www.nature.com/articles/463608a.pdf), publicada el 4 de febrero de 2010 en Nature, que contestaba a un articulo publicado en la misma revista, “2020 visions” (https://www.nature.com/articles/463026a).

 

El articulo exponía la visión de varios expertos sobre los avances mas importantes que proyectaban para la siguiente década y la carta de Turchin rebajaba considerablemente las expectativas, señalando la década de los veinte como un momento de máxima inestabilidad, política, social y económica. Él consideraba que los análisis cuantitativos históricos revelan que las sociedades humanas se ven afectadas por olas recurrentes y predecibles de inestabilidad. Su modelo preveía que un gran pico de inestabilidad económica, política y social, llegaría al máximo en los años veinte. Como toda teoría tiene sus detractores, que basan su contraposición en la intervención del azar y las circunstancias en cada momento. De todas formas, sin entrar a valorar las posiciones encontradas, que cada cual saque sus propias conclusiones, no deja de ser inquietante.

 

Tuviera más o menos razón el Sr. Turchin, lo que es obvio es que nos toca, nos va a tocar vivir tiempos aciagos, y que ante lo que se avecina procede avanzar con seguridad en medio de las dificultades, aprendiendo de la adversidad con agilidad, sabiendo manejar el estrés y la ansiedad, intentando florecer en medio del caos, logrando ver oportunidades donde solo se vislumbran problemas. ¡Casi nada!.

 

Ya sé que es muy complicado asumir éste enfoque vital, pero personalmente no veo otra salida. Quizá requiera, o ya haya requerido, pasar antes por una etapa de debilidad, de tomar conciencia de lo que es una “derrota”, en caer y tocar fondo durante un tiempo, en asumir que no podemos tener todo bajo control, que tendremos que surcar las aguas del caos.

 

Para enfrentar esta odisea vital deberíamos actuar siendo fuertes, luminosos, robustos psicológicamente hablando. Levantándonos de la caída demostrando mayor inteligencia o sabiduría. Hay que intentar ir más allá de la mera adaptación a los momentos complicados e inciertos, intentando, incluso, posicionarse con habilidad sobre la incertidumbre para crecer emocionalmente, para mejorar el enfoque mental, no sólo para defendernos sino también para florecer en medio de la tormenta.

 

No estaría de más comenzar por aceptar nuestras emociones y entenderlas, aprender a manejar el estrés, usar la ansiedad a nuestro favor transformándola en motivación, en capacidad de superación. Ser creativos para proponer múltiples soluciones a un mismo problema. Aceptar la incertidumbre, convivir amigablemente con ella, no dar nada por sentado y reducir nuestro miedo a los cambios.

 

Todo esto seria deseable a nivel colectivo, pero como la propia Historia nos ha demostrado que nuestra obcecación por tropezar en la misma piedra es un hecho constatado, quizá sea más conveniente propiciar el cambio a nivel personal y dejar que se propague. El cambio de mentalidad ya se esta produciendo en muchas personas, el cambio ya se está propagando. No pierdo la fe, seguro que ya somos mejores. El trabajo se antoja arduo, pero seguro que merece la pena.

 

Buen día a tod@s!!!

 

Os quiero Bandid@s!!!

“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.” Aristóteles

Y para navegar en la tormenta, no se me antoja nada mejor una de las “tormentas” de Vivaldi, de sus Cuatro Estaciones (Violin Concerto in G Minor, “L’estate”) en una compacta, marchosa y euforizante versión tocada por The Divertissement Chamber Orchestra.

Espero que os anime tanto como a mí.

el-pinche-feliz

Aquí a diario Mis Gastrotapasdesde la “Oronja Home”
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