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Tipos de llantos del bebé

 

El niño pequeño utiliza cantidad de recursos para atraer la atención de los demás: grita, tira de la ropa, da golpes… El llanto y la sonrisa del bebé son recursos especialmente poderosos a la hora de influir en las personas que le rodean.

El llanto

Pese a que se le ha prestado menos atención que a la sonrisa, el llanto está presente desde el primer momento de nacer. La función del llanto es provocar la aproximación de las personas.

Según Wolf, hay tres tipos de llanto:

Básico.

Relacionado con factores como el hambre. Se caracteriza por empezar arrítmicamente y crece en fuerza y ritmo.

El llanto encolerizado.

Pese a tener la misma secuencia temporal que el anterior (llanto, descanso, inspiración y descanso), se diferencia de él por tener distinta duración.

El llanto de dolor.

Comienza de forma repentina, es fuerte desde el principio y consiste en un gemido largo seguido de un largo silencio y de una serie de jadeos cortos después.

Comparte si en tu familia hay un bebé que ilumina la vida de todos con su presencia. Un bebé que a pesar de no poder hablar todavía comunica todo con su enorme sonrisa

Comparte si en tu familia hay un bebé que ilumina la vida de todos con su presencia. Un bebé que a pesar de no poder hablar todavía comunica todo con su enorme sonrisa

La sonrisa

La sonrisa, a parte de aumentar el atractivo del niño, es el desencadenante de una interacción entre el bebé y la madre, puesto que provoca en ésta más respuestas afectivas.

La sonrisa es una respuesta social y está provocada por un estímulo, que en los dos primeros meses son los ojos. Si alguien se tapa uno o los dos ojos es mucho más difícil que el pequeño sonría.

Al ir madurando, el niño va atendiendo a otros rasgos además de los ojos. A partir de los tres meses, no sólo se fija en los ojos sino que comienza a relacionar los distintos rasgos del rostro.

A medida que el niño crece la dependencia del estímulo disminuye hasta el punto de que sonríe más selectivamente, sin tener que hacerlo cada vez que se le presente el estímulo.

 

El llanto y la sonrisa muestran que el niño es capaz de iniciar una interacción social y ambas son señales para que se intervengan, y por lo general, las personas que cuidan de los bebés tienden a hacerlo.

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