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Desde hace miles de años el ser humano ha utilizado los olores para producir determinados efectos, curativos o estéticos. La aromaterapia es la técnica que trata estos olores. Mediante inhalaciones, baños o masajes ayuda a mejorar la salud.

La aromaterapia es un procedimiento que forma parte de la medicina natural. Consiste en emplear aceites esenciales para tratar determinadas afecciones físicas, mentales y emocionales. Todo ello a través del sentido del olfato.

En los animales el olfato constituye uno de los sentidos fundamentales para sobrevivir. No sólo los sirve como brújula natural para orientarse sino que también lo utilizan para localizar a sus presas. Incluso para reconocer a los miembros de su comunidad y curar enfermedades. Pero no es una propiedad exclusiva de los animales.

China, la precursora

El origen de este tratamiento se pierde en la noche de los tiempos. Los primeros escritos que se conservan sobre los efectos curativos de los aromas de los aceites esenciales y las técnicas para su extracción datan de China. Aproximadamente en el período comprendido entre los años 1.000 y 700 antes de Cristo.

Sin embargo, quienes perfeccionaron los conocimientos sobre su uso fueron los egipcios. Conocían los ungüentos y determinaron sus propiedades para utilizarlos en la medicina y al perfumería. Ellos fueron los expertos hasta que el médico y filósofo árabe Avicena descubrió la destilación de vapores. Con este método se extraen los aceites esenciales de las plantas.

Aromaterapia: olores que curan

Aromas beneficiosos

La aromaterapia hace uso de los olores para obtener una serie de beneficios en las personas. Los nervios olfativos están conectados con el área del cerebro que afecta a las emociones, la memoria y la intuición.

Los olores que percibe el ser humano no sólo llegan a la corteza cerebral y se hacen conscientes. Las moléculas que acompañan a los gases y que penetran en el organismo por vía nasal o a través de la piel estimulan una fibras nerviosas que se dirigen al centro del cerebro, concretamente al sistema límbico, también conocido como cerebro emocional. En él residen las emociones, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Así producen diferentes sensaciones como placer, irritación, ansiedad, sueño, estimulación sexual, etc.

Equilibrio y salud

Por esta razón la técnica trabaja en los aspectos mentales y emocionales para la curación de la persona. La información recogida por la nariz puede también ayudar a tratar algunas dolencias y equilibrar el estado anímico del paciente.

La mayor parte de las esencias (aceites extraídos de las plantas en flor mediante la destilación) que se pueden conseguir en herboristerías y perfumerías tienen efectos beneficiosos. Activan el crecimiento celular fortaleciendo los órganos y facilitan la eliminación de células muertas. También estimulan el sistema inmunitario y actúan como antiséptico eliminando gérmenes.

La medicina tradicional es la base en que se sustenta la aromaterapia. Por ejemplo, la utilización de los vahos de eucalipto para despejar las vías aéreas en el curso de un resfriado, es un método de cura clásico y muy popular.

Males estivales

La aromaterapia no se basa únicamente en la inhalación de esencias. Sus métodos de administración engloban por ello la vaporización, los baños aromáticos, el masaje terapéutico y la aplicación de compresas. El contacto físico es fundamental en los procesos de cura.

El verano es la estación ideal para la iniciación en la práctica de la aromaterapia. Muchas plantas se encuentran en flor y con ellas se puede remediar males típicos de la época estival como las picaduras de insectos o lesiones de piel. Los principales olores utilizados proceden de aceites esenciales de plantas, flores o frutas como la salvia, eucalipto, menta, romero, lavanda, limón, jazmín y espliego.

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