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El origen de la aerofagia está en un aumento de la cantidad de aire que el estómago está acostumbrado a contener. Usualmente, este aire extra se suele ingerir durante las comidas, cuando el estómago se encuentra ya, precisamente, dilatado y trabajando a pleno rendimiento. Por esto este exceso de aire causa malestar y, si se trasmite al intestino, genera espasmos intestinales y distensión abdominal. La aerofagia tiene una relación directa con malos hábitos alimenticios, como son engullir la comida sin apenas masticarla, hablar mientras se ingieren los alimentos, o por un consumo excesivo de bebidas gaseosas. Las comidas muy abundantes y con un exceso de picantes o de hidratos de carbono, obligan al estómago a dilatarse y trabajar en exceso, y provocan también aerofagia. Otras personas especialmente sensibles son aquellos que sufren afecciones en el hígado y la vesícula biliar, así como los que toman antibióticos que desequilibran la flora intestinal y generan flatulencia

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