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Para darle un toque especial a tu flequillo, nada mejor que peinarlo de la
forma que más vaya contigo, reflejando tu personalidad.
Largos, cortos, ondulados,
despeinados, estratégicamente fijados,…. todo un mundo de formas se encuentra a tu
disposición, elige la que más te guste y, por supuesto, más te favorezca.

Todas las formas a tu disposición


Si se te han acabado las ideas y piensas
que tu flequillo no tiene remedio, no te preocupes. Desde aquí te ofrecemos las mejores
soluciones que darán vida a tu peinado y harán que tu flequillo luzca sus mejores galas.


Completamente recto y ocultando la mitad de
la frente.
Si te gusta llevar flequillo pero no quieres tapar tu rostro, es la mejor
opción. De esta forma solo cubrirás una pequeña parte de la frente, dejando tu cara
completamente despejada.


Rizado. El flequillo no es propiedad
exclusiva del pelo liso, si tu cabello es rizado también puedes lucirlo sin ningún
problema. Déjalo caer sobre la frente como por descuido, eso le dará un aire de
naturalidad realmente favorecedor.


Muy poblado y desde la coronilla. Si lo
que siempre has querido es lucir un flequillo frondoso y muy largo, este es tu peinado.
Para que no te moleste, ya que en muchas ocasiones suele ser casi tan largo como el resto
del cabello, péinalo hacia un lado dándole volumen.


En dos niveles. Dos flequillos en uno.
Muy escaso y corto en el centro, se va dejando crecer a los lados para enmarcar el rostro
y resaltar la mirada. Favorece mucho y es muy cómodo de llevar.


Estudiadamente fijados. Para que cada
pelo esté en su sitio y no se muevan al azar, como si de una escultura se tratase, fija
tu flequillo con gel y coloca cada mechón en la posición que prefieras. Es una de las
soluciones que dan más juego, porque cada día puedes salir a la calle con un peinado
distinto y muy original. Con un poco de imaginación, tu flequillo será como quieras en
cada momento.


Ondulado y largo. Se lleva mucho peinado
hacia un lado de la cara, dejándolo caer a su aire, libremente. Las ondas que se forman
en él le dan a tu rostro un aire enigmático.


Vistiendo tus ojos. Nace de la coronilla
y llega hasta las pestañas. Hay que ir con mucho cuidado al peinarlo, pues puede resultar
incómodo y, a la larga, perjudicial para la visión. Lo más conveniente es evitar que
pueda penetrar en tus ojos y dañarlos. Si tienes un poco de cuidado, no tendrás que
renunciar a él.


Peinado hacia dentro. Córtalo teniendo
siempre en cuenta orientarlo hacia un lado. Coge un cepillo redondo y moldea las puntas
hasta que tomen forma y se vuelvan hacia dentro.



Todos en uno. Te recordamos que también
puedes mezclar los diferentes estilos y conseguir así el tuyo propio.

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