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La actividad física es beneficiosa para la salud, pero requiere atención si se quiere mantener rostro, cuerpo y pelo en buen estado. Los factores medioambientales afectan la piel y el cabello cuando se sobreexponen, pero una rápida y correcta rutina reparadora elimina todo riesgo.

Todas sabemos que la actividad física, bien hecha y con buena frecuencia, ayuda a combatir celulitis y flacidez. También embellece la piel, porque la oxigenación es mayor y mejor. Sin embargo, hay que mantener ciertos cuidados al respecto, porque muchos factores externos pueden resultar contraproducentes para el aspecto de rostro, cuerpo y pelo.

Luego de una rutina de ejercicios, piel y cabello, básicamente, necesitan recuperarse del estrago que le pudieron haber provocado, por ejemplo, agua clorada, frío extremo, rayos ultravioleta, deshidratación, excesiva transpiración, incluso algún movimiento en falso.

* Si corre: antes y después de la rutina, es importante hidratar bien cuerpo y rostro, porque inevitablemente se perderá mucha agua a través de la transpiración. La finalidad es devolverle la humedad. En el caso específico de la piel de la cara, ésta elimina muchas toxinas e impurezas cuando se corre o se ejercita en el gimnasio, y esto obliga a una necesaria exfoliación semanal.
En otoño y aun en pleno invierno, la actividad física realizada al aire libre requiere un protector solar que bloquee efectivamente tanto los rayos UVA como los UVB. Así se evitan enrojecimiento, descamación, oxidación y daño celular. En definitiva, envejecimiento prematuro.

* Si nada:
después de la piscina hay que recurrir a una crema ultrahidratante, ojalá rica en emolientes, porque éstas otorgan una hidratación continua al menos durante 24 horas. mejoran, además, la capacidad natural de la piel de retener y absorber la humedad. Si el cuerpo o el rostro se resecan severamente, lo ideal es usar una hidratante más untuosa, generalmente son enriquecidas con aceite de almendras.

El pelo es cuento aparte en este ítem, porque mojado por el agua de piscina, necesita resguardar la fibra capilar frente a la humedad continua de la que es objeto. Las fórmulas capilares waterproof mantienen el cabello a salvo del ataque del cloro, porque forma una película invisible que lo protege por completo.

Por lo menos una vez a la semana es imprescindible un baño en el pelo con una máscara acondicionadora que esté enriquecida con proteínas y vitaminas, porque hay que reparar sequedad y puntas partidas y recuperar brillo y sedosidad.

* Si va al gimnasio:
lo mismo que si corriera, salvo porque el techo del recinto deportivo le protege de los rayos solares. La deshidratación excesiva es dañina y lo más recomendable es hidratar profundamente después de la ducha de rigor. Beber mucha agua es importante, y mejor si es mineral porque a través de ella recupera las sales esenciales eliminadas por la transpiración. Luego de la ducha, se recomienda usar cremas corporales con agentes hidratantes encapsuladas en liposomas o formuladas en microemulsiones que penetren la piel y la hidraten hasta sus capas más profundas.

Si acompaña esta rehidratación con suaves pero firmes masajes, cumple doble función: el producto ingresa mejor y la musculatura se relaja.

* Si hace deporte de montaña:
los rayos solares de alta montaña, el viento y el frío son los mayores enemigos para la piel. La fotoprotección es imprescindible y existen filtros especiales para la altura. Y para el frío, las mejores barreras son las cremas de textura untuosa que recubren el cutis con una película protectora.

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