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– Desde el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara -Santa por la que le puse el nombre a mi hija- he descubierto que existen formas de comunicación extrañas en el mundo.

Ese día ocurrió un milagro que creí que nunca iba a suceder y también desde ese momento coloco todas las noches una velita a Santa Bárbara, con la que me oriento sobre cómo marcha mi vida.

Y cuento esto para que tengan claro mi experiencia subsiguiente: Soy periodista, por tal razón me tocó cubrir todo lo del referéndum aprobatorio de la nueva Constitución venezolana. El 15 de diciembre, en medio de tremendo aguacero, salí del Consejo Nacional Electoral muy tarde, casi a las 10:30 de la noche y a esa hora, me fui a mi trabajo a escribir la última crónica de ese día… “Las lluvias retrasan fiestas de chavistas”.

Tras salir del trabajo, el taxista que me trasladaba a mi casa me comentó que la lluvia era tanta que por la zona del centro de Caracas estaban sacando los carros con grúas. Yo lo que le dije al taxista es que era un verdadero exagerado. Normalmente subí a mi casa, antes de acostarme coloqué la velita de Santa Bárbara y la llamita estaba realmente bajita, como con muy poca energía, lo que me ocasionó extrañeza y comencé a decirle a Santa Bárbara que por qué razón ella estaba molesta conmigo, que yo no había hecho nada malo… Recé un rato… pedí por mi hija, mi familia, y sin explicación alguna se me clavó en el pensamiento una amiga periodista que vivía en Vargas.

No me podía dormir, era una sensación terrible de angustia sin ninguna explicación. Como a las 2 de la mañana por fin me quedé rendida, pero como a las 3:00 ó 3:30 mi tía me despertó porque yo estaba gritando horriblemente, casi llorando… No podía recordar que era lo que soñaba, ni que pesadilla había tenido… No pude dormirme más… Recé un largo rato… Mi tía decía que era que yo no tenía bautizo y seguramente algo me estaba molestando.

Como a las 6:00 de la mañana encendí el televisor y lamentablemente los canales estaban informando de la tragedia de Vargas… Me quedé en el sitio… Ya tenía respuesta de lo que había pasado esa noche, por qué pensaba tanto en mi amiga Elena.

Unos tres días después, un compañero de trabajo se me acercó con una mirada extraña y me dijo que si no me acordaba de mi sueño… ¿Cuál sueño? Fue mi respuesta natural, sin tener claro de qué me estaba hablando… Inmediatamente me quedé inmóvil y con una terrible sensación de vacío en el pecho.

Efectivamente yo había soñado unos dos meses antes lo que había sucedido en La Guaira. Había visto en sueño las casas caer, el mar, los ríos, los buques que fueron a rescatar a los sobrevivientes y hasta los sitios de refugios. Ese compañero de trabajo conocía el sueño porque se lo había contado, ya que en ese sueño él estaba conmigo.

Desde ese momento confío aún más en la vela que colocó todos los días y en la energía que desprende su llamita…

Una vela. Experiencias Inexplicables

Nota: En el transcurso de nuestra vida, hemos oído y en ocasiones hemos experimentado, experiencias y vivencias inexplicables, aquí muchas personas, han expuesto lo que han vivido y sentido… Si deseas conocer muchas más experienciaspuedes consultar nuestro gran indice de vivencias, haciendo Clic Aquí

Una vela. Experiencias Inexplicables

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