– Cuando tenia 11 años mi abuela murió dejándome una gran pena, y mi madre decidió llevarnos de vacaciones a la costa.
Una noche en que ella comenzó a gritar a mis hermanos yo baje para salir un poco de la discusión.
Hablé tres palabras con un amigo y cuando volvía al lado de mi familia vi a mi madre parada en una duna con un vestido blanco que se movía con el viento. Además tenía una luz en su cuerpo un poco extraña.
Como una niña fui corriendo hacia ella pero me dio la espalda y comenzó a descender de la duna.
En ese minuto recordé que mi madre llevaba un vestido negro y me volví pensando que me había equivocado.
Luego de unos minutos mi hermano tenia un ataque de histeria y lo que se le podía entender era que mi abuela había hablado con él, que le había dicho que nunca se iría de nuestro lado y que nos cuidaría por siempre.
