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Por lo general, nuestras actitudes emocionales hacia los demás son desequilibradas.

Cuando vemos a un amigo o a alguien que nos resulta atractivo, nos alegramos de forma desmesurada; cuando nos encontramos con algún enemigo o persona que no nos agrada, inmediatamente generamos un mal sentimiento hacia ella; y cuando tropezamos con un extraño o con alguien que ni nos gusta ni nos disgusta, sentimos indiferencia.

Estas actitudes desequilibradas son el obstáculo principal que nos impide generar amor imparcial, compasión y bodhichita, realizaciones fundamentales del camino mahayana. Mientras tengamos estas actitudes, nuestra mente será como un campo árido y rocoso en el que no es posible que crezcan los frutos de las realizaciones mahayanas.

Nuestra tarea principal es, por lo tanto, liberar la mente de esta inestabilidad emocional y desarrollar verdadera ecuanimidad hacia todos los seres sintientes.

Preparación.

Generación de Ecuanimidad. Práctica Budista

Nos refugiamos en las Tres Joyas, generamos la preciosa motivación de bodhichita y completamos las demás prácticas preparatorias.

Contemplación.

Tenemos que recordar que, en vidas previas, el que ahora es nuestro mejor amigo en numerosas ocasiones fue nuestro peor enemigo y viceversa. Incluso en esta vida de tan corta duración, estos cambios se repiten constantemente en nuestra convivencia con los demás. No existe verdadera certeza en las relaciones. En el pasado nos hemos sentido cerca de muchas personas que ahora consideramos extrañas, y llegará un día en el que nos sentiremos alejados de nuestros amigos más íntimos. Por lo tanto, no tiene ningún sentido que sintamos apego por unos y aversión o indiferencia por otros. Pensando de este modo podemos abandonar nuestras actitudes de apego, aversión e indiferencia, y cultivar, por el contrario, un sentimiento ecuánime de afecto por todos los seres sintientes.

Meditación.

Generación de Ecuanimidad. Práctica Budista Después de haber contemplado estos puntos generamos tres resoluciones:

1.- Voy a liberar mi mente de actitudes desequilibradas hacia los demás.

2.- No voy a generar apego, odio o indiferencia por ningún ser.

3.- Voy a mantener una actitud ecuánime de afecto y consideración hacia todos los seres sintientes.

Meditamos en estas tres resoluciones de manera convergente por tanto tiempo como podamos.

Dedicación.

Dedicamos todas las virtudes que hemos creado en esta meditación para el beneficio de todos los seres sintientes mientras recitamos las oraciones de dedicación.

Práctica Subsiguiente.

Debemos mantener estas tres determinaciones día y noche, haciendo brotar un sentimiento afectuoso cada vez que nos encontremos o pensemos en alguien. Si podemos conseguirlo, no habrá ninguna razón por la cual sentir apego u odio, y nuestra mente disfrutará de tranquilidad.

Generación de Ecuanimidad. Práctica Budista.

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