UA

La estimulación negativa se basa en tratamientos que inhiben a los músculos que intervienen en la formación de las arrugas del rostro. La toxina butulímica o botox es su estrella indiscutible.

Empezó a utilizarse en oftalmología para corregir el estrabismo y hoy ha revolucionado el mundo de la estética a través del efecto “cara descansada”. Esta sustancia tiene la capacidad de provocar una parálisis temporal de las terminaciones nerviosas de los músculos que producen ciertos gestos faciales.

La técnica consiste en infiltrar una dosis mínima con una aguja muy fina sobre la fibra muscular que se pretende paralizar. Las líneas de expresión se suavizan porque el músculo se relaja y no puede realizar el gesto.

Además, impide que las arrugas sigan profundizando. Sus resultados son sorprendentes a la hora de borrar las arrugas del entrecejo, la frente y las patas de gallo.

Tras la intervención, que supone aproximadamente de 4 pinchazos para el entrecejo, 20 para la frente y 10 para los ojos, la única huella apreciable suelen ser los puntos rojos que dejan las incisiones y que remiten al cabo de unas horas.

Sus efectos empiezan a notarse entre los dos y los cuatro días, aunque el resultado final no llega hasta las dos semanas. Los músculos generan nuevas terminaciones nerviosas al cabo de los cinco o seis meses, momento en el que habrá que repetir la dosis, aunque la duración del efecto se va alargando con sucesivas sesiones.

El milagro no funciona en un 4-10% de los pacientes porque poseen anticuerpos para la toxina butulímica. Si no se aplica correctamente puede dar lugar a la llamada “cara de susto”, incómoda expresión pero reversible.

¿Es eficaz la toxina botulímica contra las arrugas?

Nota: Si quieres contactar y ser atendida/o por los mejores profesionales de la Estética y Belleza de tu País o lugar de Residencia. Clic Aquí.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA