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La industria de la cosmética ofrece diferentes soluciones para la delicada piel del contorno de ojos. Su denominador común es un formulación específica que respeta esta zona concreta del rostro.

La variedad viene dada por la textura que presentan, desde la versión concentrada de sueros y mascarillas, hasta las cremas más fluidas y la frescura de los geles.

Cremas. Están especialmente indicadas para pieles maduras o secas en extremo aportan en su delicada fórmula una rica nutrición a la hora de reparar y prevenir esas pequeñas arrugas que provocan la deshidratación y el relajamiento.

Geles. Encierran sustancias lenitivas que generan una inmediata sensación de frescor y además son muy prácticos. El gel es ideal para las personas que se maquillan porque la piel lo absorbe con mucha rapidez. Su uso se aconseja sobre todo a las jóvenes para hacer frente a los primeros signos de deshidratación.

Mascarillas. Imprimen nueva luz sobre la mirada, aunque su uso debe sodificarse en el tiempo. Contienen principios activos que contribuyen a relajar el contorno de ojos. Dependiendo del producto, requieren de cierto tiempo para actuar (desde quince minutos a media hora) en profundidad.

Sueros. Al igual que las mascarillas funcionan como tratamiento de choque para utilizar de cuando en cuando. Esta versión concentrada suelen presentarse en cápsulas de una sola dosis o en frascos con dosificador. Su mejor baza es que permite llegar hasta la piel principios activos muy susceptibles al deterioro, como es el caso de la vitaminas.

¿Cremas, Geles, Mascarillas o Sueros?

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