Los minerales son oligoelementos indispensables para la vida, ya que todas las funciones biológicas requieren la presencia de sales minerales.
Estas sustancias, que pueden causar trastornos tanto por defecto como por exceso, resultan vitales para potenciar la eficacia de las vitaminas, la renovación celular y la estimulación cutánea.
El aspecto de la piel, el pelo y las uñas acusan de inmediato un déficit importante, en especial de selenio, zinc y hierro, que suele traducirse en alteraciones cutáneas o capilares.
Selenio. Este mineral es muy apreciado por la cosmética oral en aras de su poder antioxidante, lo que le permite poner freno el proceso de envejecimiento oponiendo resistencia a la oxidación celular y los radicales libres. Además, actúa como un reparador cutáneo de lujo, sobre todo frente a los daños cutáneos causados por el sol.
Zinc. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, el zinc suele estar presente en los tratamientos destinados a combatir el acné.
Hierro. Se deja notar sobre la salud de las uñas y el pelo, que se vuelven más frágiles y débiles ante su carencia. Si su déficit es notable puede desencadenar en una alopecia. Una vez reestablecidos sus niveles, estos problemas desaparecen. El aporte de hierro debe ser mayor en las mujeres que en los hombres, ya que ellas tienen mayores pérdidas de hierro con la menstruación.
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