UA

El agua es una poderosa arma de belleza que tiene la doble virtud de relajar y fortalecer la piel a un tiempo.

Darse un baño o una ducha resulta fundamental antes de aplicar sobre el cuerpo cualquier tipo de cosmético. Su poder tonificante potenciará con creces sus efectos.

Temperatura ideal. Lo recomendable es que el agua del baño o la ducha no supere la temperatura corporal, situada en torno a los 36ºC. El agua muy caliente contribuye a relajar los tejidos y secar la piel.

Chorro de agua fría. Los baños calientes no deben ser muy prolongados y hay que rematarlos con una ducha de agua fría que recorra todo el cuerpo desde los pies a la cabeza con el objeto de reactivar la circulación. Con esta estrategia, los capilares se contraen en un principio, pero luego se dilatan y dejan afluir más sangre, contribuyendo a oxigenar los tejidos.

Masaje con esponja. El chorro de agua es mano de santo para tonificar y fortalecer la piel, aunque también puede sustituirse por un saludable masaje esponjoso. Para ello se sumerge la esponja en agua fría y, tras exprimirla al máximo, se procede a recorrer todo el cuerpo, recreándose en las zonas que precisan mayor acción tonificante.

Neutralizar la alteración del pH. El agua, sobre todo si contiene mucha cal, puede alterar el pH fisiológico y la delicada película hidrolipídica que cubre la piel. Para neutralizar estos efectos adversos basta con añadir al agua una cucharadita de vinagre de manzanas

¿Sirve el agua para tonificar y fortalecer la piel del cuerpo?

Nota: Si quieres contactar y ser atendida/o por los mejores profesionales de la Estética y Belleza de tu País o lugar de Residencia. Clic Aquí.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA