Humededer las manos lo menos posible y lavarlas con agua fría.
Si se utilizan guantes de goma para las tareas domésticas, antes de ponérselos hay que hidratar las manos: el calor del agua caliente intensifica los activos de la crema.
Mejor aún si se ponen encima de unos guantes de algodón que eviten la maceración y el ablandamiento de la piel.
Si se tiene asperezas o manchas en los dedos, lo más recomendable es utilizar una piedra pómez lisa con agua y jabón. También se puede recurrir a una exfoliante.
Para quitar manchas en las manos, otro truco es frotarlas con una mezcla hecha con un pellizco de azúcar y una cucharada sopera de aceite.
Las manchas de nicotina y de fruta salen con zumo de limón o agua oxigenada.
Frotar los dedos y las manos en la pulpa de los limones y naranjas después de hacer un zumo tiene propiedades aclarantes y fortifica las uñas estropeadas. Eso sí, después hay que poner crema para evitar que la piel se reseque.
Las grietas se tratan frotándolas con un algodón empapado en aceite de oliva. Se lavan y se aplica después una crema.
Secar minuciosamente después de cada lavado, insistiendo especialmente entre los dedos.
Usar guantes siempre que se trabaje en el jardín o se haga bricolaje.
Proteger las manos en invierno con guantes de lana o piel. El frío es el peor enemigo.
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