Antes, exfoliar. La piel debe estar perfectamente limpia antes de aplicar una mascarilla. Si se realiza una exfoliación la piel estará más receptiva y el tratamiento resultará más eficaz.
A la hora del baño. El mejor momento para aplicar este tipo de productos es cuando se está en la bañera. La persona se encontrará mucho más relajada y, además, el vapor de agua potenciará sus efectos.
Los ojos también descansan. Hay que aprovechar el momento en que se aplica la mascarilla para descansar los ojos colocando sobre ellos dos gasas humedecidas en manzanilla o dos rodajas de pepino.
Retirarlas con esponja. La forma más suave de retirar las mascarillas es mediante una esponja ligeramente humedecida en agua tibia. A continuación, es conveniente aplicarse la hidratante facial que se utilice habitualmente.
Zonas prohibidas. A menos que en las instrucciones se indique lo contrario, hay que evitar aplicar la mascarilla en la zona de alrededor de los ojos y la boca.
No a las alergias. Para asegurarse de que la mascarilla no va a provocar alergias ni demás efectos secundarios, es conveniente aplicarla primero en una pequeña zona del rostro.
No gesticular. Si se habla o gesticula mientras se lleva puesta la mascarilla, su efecto será menor. Es mejor tenderse en un sitio cómodo e intentar relajarse.
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