La piel debe estar bien cuidada ya que actúa de frontera frente a los agentes externos como bacterias, virus, y parásitos. El sudor tiene propiedades capaces de eliminar los gérmenes
La piel requiere de un importante cuidado para mantenerse sana: higiene y limpieza diaria, nutrición adecuada, respiración y ejercicio.
Para saber que cuidados se deben proporcionar, es necesario conocer el tipo de piel.
Hay que distinguir entre piel gruesa o fina y grasa o seca.
Para averiguar el grosor de la piel se debe pellizcar la piel del pómulo y la de alrededor de los ojos. Si el grosor varía la piel es gruesa.
La piel grasa se caracteriza por ser brillante, con tendencia a la aparición de granos, espinillas y puntos negros. Para saber si la piel es grasa es conveniente colocar un pañuelo de papel en el rostro, haciendo un agujero a la altura de la nariz. Si hay abundantes restos, la secreción sebácea es importante
La piel seca requiere de una hidratación constante. Por lo general es una piel muy sensible, que se agrieta y descama con facilidad.
La piel mixta tiene las zonas de la frente, nariz y barbilla grasas, mientras que el resto de la cara es seca o normal. Suele ser una piel que presenta descamaciones alrededor de la boca y la nariz.
También es importante observar la sensibilidad de la piel, si es muy sensible a las exposiciones solares o si es propensa a las reacciones alérgicas.
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