Las oscilaciones de peso bruscas suelen provocar la ruptura de los tejidos de la piel y el envejecimiento prematuro de la misma.
Por eso a la hora adelgazar es mejor hacerlo paulatinamente y con una dieta apropiada.
Agua. Una dieta que nos ayude a mantener el buen estado de la piel debe aportar una cantidad de agua suficiente. La escasez de agua provoca la deshidratación que se traduce en el deterioro, sequedad y envejecimiento del cutis.
Proteínas. Se debe ingerir la cantidad de proteínas necesaria. Por tanto hay que evitar las dietas bajas en estos nutrientes, así como las estrictamente vegetarianas o las que contienen proteínas de baja calidad. Las mejores fuentes proteínicas son la carne, el pescado, las legumbres, los lácteos y los huevos.
Vitaminas. La vitamina A es indispensable para el buen estado de la piel. Se puede encontrar en las grasas animales y en los vegetales de color anaranjado o rojizo, como la remolacha o la zanahoria. En caso de dietas hipocalóricas o bajas en grasas se deben incluir periódicamente este tipo de alimentos.
La vitamina C también es imprescindible ya que ayuda a la síntesis del colágeno. Los cítricos, las verduras y las hortalizas son importantes fuentes de esta vitamina. No hay olvidar que si se cuecen demasiado, estos alimentos pierden sus propiedades.
Fibra. Le ayudará a combatir el estreñimiento que suele producir la absorción de sustancias poco saludables para el organismo, y esto se refleja en la piel. El pan elaborado con harina integral y los cereales pueden ser unos buenos aliados.
Sustancias como el café y el alcohol deben evitarse o consumirse con mucha moderación. También es recomendable cocinar con pocos condimentos y grasas, y es mejor que los ingredientes sean frescos.
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