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Es mucho más fácil hacerse un tatuaje que librarse de él. Es por eso que es una decisión que tiene que ser muy meditada, para luego no arrepentirse. Este es un campo en el que se avanza cada día, y actualmente el láser es el método más seguro.

Han surgido nuevas técnicas para la eliminación de tatuajes con láser, aunque sus precios son muy altos. Además, como se considera un tratamiento cosmético, no está cubierto por la Seguridad Social.

Si el tatuaje es antiguo es más fácil de eliminar, ya que el propio cuerpo lo va absorbiendo poco a poco.

Es un procedimiento doloroso, que se acentúa cuando la zona tratada es directamente hueso. Se aplican cremas anestésicas unas dos horas antes para disminuir las molestias.

El láser produce una explosión microscópica que rompe la superficie exterior de la tinta, liberándola. El cuerpo se encarga de deshacerse de las partículas sueltas en un proceso muy lento. Serán necesarias de 6 a 10 sesiones. Se calculan de 4 a 6 semanas de descanso entre cada sesión para que la piel se recupere y darle tiempo para que absorba las partículas libres de tinta.

Sistemas más utilizados

El láser Ruby no daña la epidermis, y también se utiliza para quitar pecas y algunas marcas de nacimiento. Es muy eficiente en tipos de pieles caucásicas y en tatuajes de tonos oscuros. Su eficacia disminuye en los tonos rojos y naranjas.

El láser YAG es preferible para pieles más oscuras. No trabaja bien con tintas verdes o azules. Este tratamiento causa un poco de sangrado.

¿Cómo eliminar un tatuaje mediante el Láser?

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