Lo fundamental para comenzar a dejarse crecer una perilla es que se tenga posibilidad de moldear una figura con ella.
Una barba de tres días es la base necesaria.
Para comenzar hay que dejar que la piel esté tersa. Una ducha antes del afeitado es básica. El agua caliente abre los poros y suaviza el vello de la cara.
Para dibujarla se puede acudir a un barbero o peluquero o hacerlo uno mismo en casa.
Se recomienda fijar una forma determinada, la cual se deberá cuidar día a día.
El tener cuidado es fundamental a la hora de afeitarse.
No hay remedio si se uno se confunde porque ello obliga a eliminarla definitivamente en el caso de cortar más por una zona que por otra.
Dentro de su diversidad, la perilla debe guardar cierta simetría y proporciones respecto a la cara.
Para cortarla se puede utilizar una maquinilla de afeitar o hacerlo manualmente. Depende del tipo se hará de una forma u otra aunque se recomienda utilizar la cuchilla y la tijera, por el cuidado que hay que tener al retocarla.
El pulso es fundamental a la hora del afeitado, al igual que la calma. Las prisas son malas consejeras porque si se recorta demasiado habrá que volver a dejarla crecer.
Cuidados. El champú es recomendable antes que el jabón.
Un acondicionador, una mascarilla o un exfoliante pueden ser buenas ayudas para mantener la perilla en todo su esplendor.
Un consejo importante a la hora de afeitarse es tener en cuenta que el pelo seco no tiene la misma longitud que el mojado.
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