Comprenda y acepte su situación.
Todas las etapas de la vida tienen sus cosas buenas y sus cosas malas, y hay que saber llevarlas todas.
Enfréntese a la nueva situación con una actitud abierta y positiva, sabiendo que puede mantenerse bien tanto física como psíquicamente.
Además, como se envejece día a día no va encontrarse de pronto con ningún cambio brusco.
Podrá adoptar cualquier novedad poco a poco.
Evite la pasividad y refuerce todos los aspectos positivos de su personalidad, que esos no caducan.
Aléjese de todos esos tópicos negativos que acompañan a la ancianidad y, por supuesto, ni se plantee expresiones como yo ya no tengo edad, a mis años ya da igual o aquella otra de de a estas alturas de la vida.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.