Superar una enfermedad, por grave que sea, no es algo que dependa en exclusiva del tratamiento farmacológico, ni de su médico.
Los últimos estudios en medicina revelan que una actitud positiva del enfermo es la mejor receta para llevar a buen fin un tratamiento.
Ante todo, recuerde que mente y cuerpo no pueden separarse, si la enfermedad le está venciendo moralmente por dentro, acabará por hacerlo también por fuera.
Adopte una actitud sincera de superación y no reprima sus sentimientos y emociones, compártalos con quienes le rodean.
Pasar un buen rato con buenos amigos ayuda a dejar en segundo plano el dolor y las sensaciones desagradables.
Además, confíe en su médico, o busque uno que le inspire confianza, y no solo en el plano profesional.
El diálogo con el profesional, y ser consciente en todo momento de lo que le está ocurriendo, es fundamental para ayudar a su mente a superar la enfermedad.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.