El principal responsable del éxito de la sofrología es el propio paciente: su participación activa es fundamental.
Por eso, el primer requisito para que la terapia resulte eficaz es acudir a ella dispuesto a colaborar.
El tratamiento no resulta tan eficaz para quienes presentan cuadros psicóticos y los que atraviesan un estado depresivo, por la incapacidad que demuestran para adoptar actitudes positivas.
Tampoco tiene mucha eficacia en niños menores de siete años ya que no disponen de una estructura mental lo bastante compleja como para asimilar toda la información que aporta esta técnica.
Por lo que se refiere al especialista, en ésta como en otras disciplinas que viven paralelas al ámbito universitario, abundan los intrusos.
Por eso, los interesados en esta terapia deben dirigirse a un especialista en sofrología de reconocido prestigio y formación adecuada.
Debe haber cursado estudios de medicina, psicología o pedagogía, aunque también pueden ejercer los fisioterapeutas y las matronas.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.