Se puede leer un periódico, un libro o cualquier documento, de una manera mecánica y rápida o, por el contrario, detenida y en profundidad. Sin embargo, esto no implica que se sepa sacar la información más interesante o la solución a lo que el texto plantea.
La lectura resulta una manera de demostrar la inteligencia. No porque suponga un esfuerzo mental excesivamente elevado, sino porque se ha de aplicar la lógica en cada momento, según el contenido.
Las palabras, a menudo, generan un juego entre ellas que ofrecen un doble significado. Por un lado, el verdadero y, por otro lado, el que parece real y natural. Este juego es generado, sobre todo, cuando una persona confía en saber lo que está leyendo y agiliza su lectura. La seguridad de creer controlar un tema, puede hacer percibir una palabra erróneamente u omitirla, generando un cambio completo en el significado o contenido.
Cuando se lee un artículo, uno cree haberse fijado en lo que ha leído y haber interiorizado absolutamente toda la información. Pero asimilar las palabras o el significado general de un documento, no implica necesariamente haber adquirido todo el contenido. Para lograrlo, no sólo hace falta pensar en lo que se lee, hay que utilizar la lógica, y si es preciso pensar las cosas no una, sino dos veces.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.