Reconocer que sin perdón estaríamos condenados.
A vivir siempre en el resentimiento, permanecer aferrados al pasado y continuamente pensando en la venganza.
Aceptar que todos somos humanos y nos equivocamos.
Y todos en algún momento de nuestra vida pedimos perdón y en otros necesitamos ser perdonados.
Mantener una postura sincera y responsable hacia el perdón.
Se ha de enfrentar las situaciones de un modo honesto con uno mismo y con los demás. Hay que ser críticos y capaces de analizar, atribuir y eliminar prejuicios de un suceso.
Ver justicia en el perdón.
La justicia reporta un beneficio: a la persona que ofende por ser perdonada y a la ofendida porque se libera de sus pensamientos y sentimientos negativos. La sociedad también saldría beneficiada al librarse de personas que se toman la justicia por su mano.
Actitud comprensiva.
Necesaria para abordar un acontecimiento de un modo pacífico, democrático y con serenidad. Cambiando esos impulsos primarios que en algunas personas florecen al mínima ofensa, por una actitud de análisis del porqué de esa ésta, para comprender el motivo que la ha hecho aparecer.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.