Antes del parto.
Evite otros cambios grandes cerca del alumbramiento (por ej.mudarse de casa, hacer renovaciones en la casa, cambiar de trabajo).
Prepárese para el parto asistiendo a clases prenatales, aunque este no sea su primer bebé.
Prepare a su pareja háblele sobre el trabajo adicional que significará el bebé. Pídale que planee tomarse el máximo de tiempo libre después del nacimiento.
Después del parto.
Es fundamental explicar a la mujer, al final del embarazo y una vez que da a luz, que esto le puede suceder. Así sabrá que no es nada raro y que no debe preocuparse pues, como a ella, les pasa a muchas mujeres. Sólo eso ya le reconforta y es suficiente para sobrellevar esos días de malestar.
Como el bebé se despierta a deshoras, eso producirá mucho cansancio que se acumulará al producido por el esfuerzo del parto. Por eso es aconsejable que acomode su sueño a las horas de dormir del bebé, así descansará bastante. Trate de conseguir apoyo de familiares o amigos después del nacimiento, especialmente si tiene otros niños. O pregunte a su matrona o a la trabajadora social del hospital acerca de servicios de apoyo en su barrio.
No se obligue a nada. Si bien, el bebé demanda tiempo y cuidados no debe dejar de tomar las cosas con calma ni sentirte presionada. No deje que la información que le dan otras personas le abrume, siga las indicaciones del médico o del pediatra.
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Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños. El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución.