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Equinácea una planta que sirve para la defensa natural

La descubrió casualmente un científico que observó como los indios americanos empleaban la raíz de esta planta para curarse de las heridas y mordeduras de serpientes.

Los compuestos de este vegetal elevan la protección frente a los catarros, gripes e infecciones de la piel, debido a que aumentan la producción y actividad de los glóbulos blancos, anticuerpos y sustancias defensivas y reducen la proliferación de los gérmenes dañinos.

Los primeros indicios de su empleo se remontan al siglo XVI y son los restos de esta planta hallados en antiguos poblados de los indios Sioux, que la usaban para remediar enfermedades muy variadas (especialmente inflamatorias, como los resfriados y la tos), para lavar los ojos, boca o lesiones, y como estimulante.

Aunque el descubrimiento científico moderno de la equinácea data del siglo XIX, cuando por casualidad el doctor Meyer observó las propiedades de esta planta medicinal mientras convivía con los indios americanos, que empleaban su raíz para curarse de las heridas purulentas y las mordeduras de serpientes.

El descubridor de la planta, H.C.F Meyer estaba tan seguro de sus propiedades que quiso demostrar su eficacia tomándola después de hacerse morder por una serpiente cascabel.

De la LLanura Americana al Mundo Europeo.

Ahora, la equinácea no sólo siguen usándola los aborígenes americanos como remedio tradicional, sino que en países como Alemania está aprobada para tratar infecciones respiratorias y urinarias y para cicatrizar heridas. Además, es una de las hierbas medicinales más importantes y utilizadas en todo el mundo.

La equinácea es considerada “la reina de las hierbas”, que estimulan la inmunidad y es el ingrediente de más de 300 productos. Además, es una de las plantas medicinales más consumidas en Alemania, el país que más investiga la planta.

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