Es difícil imaginar dos elementos más distantes que la Luna y Saturno, pero como en toda oposición, existe la posibilidad de que se complementen. Cada cual tiene lo que el otro anhela. Tanto las diferencias como las similitudes están muy pronunciadas. Y a ambos signos les gusta mandar.
A Cáncer le gustan la comodidad y la seguridad en grandes dosis. Capricornio es una persona ambiciosa y este es el camino más corto para llegar a la comodidad y la seguridad, y un factor que puede mantener su unión, además de ser el que les atraiga en un principio. Ambos signos están apegados al ayer. Cáncer puede ayudar mucho a Capricornio para que su carácter sea mucho más jovial y alegre.
Cáncer se adaptará bien a la introversión de Capricornio, pero no se adaptará tan bien a su falta de entusiasmo por el cambio. Cáncer necesita cambios ocasionales en su vida y viajes periódicos. La vida sexual de Capricornio puede abarcar desde lo francamente erótico y sensual, hasta lo tierno y afectuoso, y más o menos, lo mismo se puede decir del comportamiento sexual de Cáncer.
Capricornio pedirá lo que realmente quiere sin esperar a que Cáncer lo adivine, lo que le gusta, sencillamente lo coge, y lo que no, lo hace desaparecer de su existencia; ninguno de los dos signos son moldeables, y Cáncer podría sufrir en más de una ocasión con la frialdad aparente de Capricornio.