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– En invierno, sobre todo, es un excelente medio de defensa contra las infecciones, así como un buen generador de calor.

Su espectacular efecto sobre la circulación de la sangre ha sido confirmado por las investigaciones científicas.

El ajo tiene propiedades anticoagulantes y fluidifica, por tanto, la circulación.

Lo mejor es comerlo crudo y masticarlo lentamente para aprovechar todas sus virtudes.

Si tu estómago es demasiado delicado y no lo tolera, retira el germen, que es su parte más indigesta y responsable al mismo tiempo de su “aroma”.

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